Brecha salarial y techo de cristal: las diferencias de sueldo por sectores de actividad



Brecha salarial

Hoy, jueves 8 de marzo, miles de mujeres alzan la voz contra las desigualdades que persisten en la sociedad y que, en gran medida, se encuentran focalizadas en el mercado laboral

Los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) calculan que la brecha salarial de la mujer en España alcanza los 4.745 euros, un 29,1% menos que los hombres Son loso datos que arroja la segunda edición del informe Brecha salarial y techo de cristal, que desgrana las diferencias de sueldo por provincias y sectores de actividad.

Según el informe citado, la mayor brecha salarial en términos absolutos se da en la actividad financiera y aseguradora, donde a pesar de que las mujeres reciben los mejores sueldos medios, cobran 15.865 euros menos que los hombres. Las mujeres tendrían que cobrar casi un 51% más para equiparar sus retribuciones con la de sus compañeros hombres.

En términos relativos, la mayor brecha salarial se localiza en el sector primario —agricultura, ganadería, silvicultura y pesca— donde asciende hasta el 64,3%; y la menor se encuentra en el de la construcción e inmobiliario.

Gestha denuncia que la brecha salarial que afecta a un mayor número de mujeres trabajadoras (al 30,7% de ellas) alcanza el 22,1% y se produce en el sector de servicios sociales —educación, actividades sanitarias, administración pública, defensa y seguridad social—, prestados principalmente por las administraciones públicas españolas. Por ello, aluden a la dificultad de pedir o exigir medidas contra el techo de cristal en las empresas si la propia Administración no da ejemplo.

En el segundo sector con mayor empleo femenino (un 20,6%) —comercio, reparaciones y transporte — la brecha es del 45,1%. Un porcentaje similar (45,8%) se localiza entre los empleados del sector de servicios a las empresas —el tercero en ocupación de la mujer, con el 16,2%—.

El 15,1% de las mujeres que desempeñan su labor en otros servicios personales y de ocio –hostelería y actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento— perciben un 22,1% menos de sueldo.

El informe muestra asimismo claras diferencias de salarios entre hombres y mujeres dependiendo del lugar de residencia. La mayor brecha la sufren las mujeres que trabajan en Madrid, Ceuta, Asturias y Cataluña. Por el contrario, Canarias, Extremadura, Baleares, Castilla La Mancha y Murcia son las comunidades que presentan menos discrepancias. Gestha aclara que no se debe a que exista una mayor igualdad, sino a que los sueldos de mujeres y hombres en estas autonomías —junto a Andalucía— son generalmente los más bajos de España.

Por provincias, las mayores diferencias de salarios se dan en Madrid, Ceuta, Burgos, Asturias, Barcelona, Guadalajara, Zaragoza y Castellón. En el otro lado de la balanza estarían Tenerife, Almería, Jaén, Cuenca, Badajoz, Cáceres, Las Palmas y Zamora, donde los salarios, tanto de hombres como de mujeres, están por debajo de la media de España.

La barrera de los 1.000 euros

Las diferencias entre los salarios se deben, mayoritariamente, a que hay más mujeres que hombres que no llegan a los 1.000 euros de ingresos al mes. No obstante, la brecha se acentúa a partir de los 16.000 euros anuales, hasta el punto de que el número de mujeres con sueldos entre los 50.000 y los 80.000 euros al año es la mitad que el de hombres. Sólo uno de cada cinco trabajadores con sueldos de 140.000 euros es mujer.

La precariedad es, sobre todo, femenina

Aunque el 34% de las personas ocupadas cobran un salario anual por debajo de 9.172 euros —cifra que coincide con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2016—, una vez más, la mujer se lleva la peor parte. Casi 3,2 millones de trabajadoras no llegan al SMI, ocupando más de la mitad de los empleos a tiempo parcial y más precarios, excepto en Melilla, Jaén, Almería, Ciudad Real, Cuenca y Albacete donde las diferencias por sexo resultan prácticamente imperceptibles. Más de la mitad de las mujeres trabajadoras en Extremadura y Andalucía cobran por debajo de ese mínimo y más de un 40% de las mujeres que trabajan en Murcia, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Ceuta y Canarias no alcanzan el SMI.

La brecha tiene edades

La brecha salarial entre hombres y mujeres no sólo responde al lugar de residencia o a los umbrales de sueldo, sino que se ensancha conforme aumenta la edad. Es más, las diferencias se agudizan entre los 26 y los 45 años, edades en las que muchas mujeres todavía tienen que pagar un “peaje” por ser madres y cuidar de sus hijos. Asimismo, los técnicos atribuyen la brecha existente entre los 46 y los 65 años al cuidado de mayores; y más allá de los 65 años, al de los nietos.

De forma paralela, la brecha salarial de las mujeres de 46 a 65 años equivale a un tercio de su sueldo. Los técnicos remarcan que las ocupadas mayores de 65 años cobran un salario inferior a la mitad que los hombres de su misma franja de edad, disparándose las diferencias en Cantabria, León, Madrid, Córdoba y La Rioja; mientras que se mantienen más contenidas en Jaén, Segovia, Melilla y Ceuta.

No es que la igualdad haya llegado a las nuevas generaciones, pero Gestha admite que la brecha se estrecha entre las trabajadoras menores de 25 años, salvo en Palencia, Burgos, Valladolid, Teruel, Castellón, Melilla, Asturias, Ceuta, Tenerife o Lugo. En esta franja de edad destacan las diferencias salariales en Burgos, Madrid, Asturias, Zaragoza, Ceuta, Cádiz, Melilla y Palencia, frente a las menores discrepancias de sueldos que se sufren en Jaén, Lleida, Las Palmas, Cuenca, Tenerife, Almería, Alicante y Granada.

Las mayores brechas entre los 46 y 55 años se localizan en Madrid, Barcelona, Tarragona, Guadalajara, Castellón, Melilla y Burgos. A partir de esta edad, de nuevo, las diferencias más significativas se encuentran en ciudades como Madrid, Barcelona, A Coruña, Valencia y Tarragona; y las menores, en Ávila, Ciudad Real, Jaén, Segovia, Teruel, Cuenca o Zamora.

Mayor desigualdad que en 2007 entre los que menos ganan y los que más

Para concluir, y sin diferenciar por género, el informe revela otro dato inquietante: la evolución de la desigualdad entre los trabajadores que más y menos ganan. Así, aplicando a los salarios percibidos el índice de Gini —indicador más utilizado para medir la desigualdad de rentas de un país—, Gestha señala que ésta se mantiene en un 3,5% por encima de la existente en 2007, año de la serie histórica con menor desigualdad hasta la fecha.

No obstante, los técnicos reconocen que en 2016, la desigualdad salarial se redujo un 0,3% respecto a 2015, año que marcó el máximo en la última década, después de tres ejercicios de crecimiento de la desigualdad.

(*) Las cifras han sido extraídas de la estadística de mercado de trabajo y pensiones de la Agencia Tributaria (Aeat) de 2016.

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