Destacamos: Big Data: aliado de las compañías en la lucha contra el fraude



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Fingir accidentes de tráfico, engordar los daños causados por un siniestro en el hogar, fingir lesiones y daños corporales, provocar un incendio… la lista de los intentos de fraude es larga y a veces parece sacada de una película. Pero las nuevas tecnologías ayudan a las aseguradoras a detectar y prevenir cada vez más engaños.

De acuerdo con el V Mapa del fraude en España elaborado por Axa, la tasa de fraude es del 1,73%, es decir, casi dos de cada 100 asegurados intenta hacer un uso fraudulento de sus pólizas.

El fraude más habitual se produce en el seguro de autos, que supone cerca del 60% de todos los casos de fraude detectados anualmente. Aunque contar con datos de todo el sector es complicado, cada año se logran detectar más intentos de fraude y evitar así el pago de indemnizaciones que no corresponden.

De acuerdo con datos de Icea, en 2016, por cada euro que las compañías de seguros invirtieron en investigación de presuntos fraudes se consiguió un ahorro de cerca de 35 euros en reclamaciones fraudulentas.  Axa, por ejemplo, invirtió en 2017 cerca de 3 millones de euros y evitó el pago de 63 millones de euros.

El fraude al seguro es un delito, y acaba teniendo consecuencias para todos los asegurados. Aunque el fraude individual es importante, el que más preocupa a las entidades es el que llevan a cabo bandas organizadas. De acuerdo con el cuarto Barómetro del Fraude en el seguro de autos de Línea Directa, en los últimos 5 años este tipo de organizaciones criminales ha crecido un 152% en España.

De acuerdo con el estudio de Axa, Melilla, Murcia, Andalucía y Canarias son las cuatro comunidades autónomas que más defraudan al seguro. Para elaborar el mapa, la compañía ha analizado más de 56.000 siniestros sospechosos de fraude de los negocios de Auto, Multirriesgos y Diversos.

El ramo de Vida es uno de los que registran un mayor crecimiento en los intentos de fraude, un 18% en 2017.

Para detectarlos, las compañías están apostando cada vez más por las nuevas tecnologías, como el uso de big data para detectar comportamientos sospechosos de sus asegurados.

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