Los expertos alertan al Pacto de Toledo sobre la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones



El observatorio de Pensiones de Willis Towers Watson con la Universidad de Valencia y la Universidad de Extremadura analizan en dos informes el IRP tras la ejecución presupuestaria del primer semestre de 2018

El observatorio de Pensiones de Willis Towers Watson junto con la Universidad de Valencia (UV) y la Universidad de Extremadura (UEX) han publicado dos informes en los que analizan la situación financiera de la Seguridad Social tras la ejecución presupuestaria del 2º Trimestre de 2018, en relación al Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) adelantado para 2019, que se sitúa en -2,42%. Esta relación mejora la del 2018, -2,58%. Tal y como han señalado los responsables de los informes, este saldo presenta una mejora de la situación financiera del sistema de pensiones español, como consecuencia de un aumento de gasto previsto para 2018 (4,7%) inferior al aumento de ingresos previsto (5,8%).

Los miembros del grupo de trabajo por parte de la UV y UEX (entre los que destacan expertos como Enrique Devesa, M. Devesa, I. Domínguez, B. Encinas, R. Meneu y M. A. García) junto con el observatorio de Pensiones de Willis Towers Watson, colaboran en el análisis periódico de la actualidad en Pensiones y Previsión Social.

Con respecto al déficit de la Seguridad Social a efectos de IRP a finales de 2018, la ligera mejoría no quita la preocupación que los expertos comentan sobre el alcance del déficit, que se sitúa en el entorno de los 18.800 millones de euros tras varios trimestres consecutivos de crecimiento real por encima del 3%. Por otro lado, el saldo contributivo para finales de 2018 se estima en 20.100 millones de euros. De cara a los próximos meses, hay síntomas de estancamiento económico, por lo que se espera una ralentización en la afiliación, así como una cotización media menor.

Este cambio de tendencia lleva a los expertos a alertar al Pacto de Toledo por la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones, sobre todo ahora que se ha llegado al acuerdo de volver a utilizar el índice de Precios al Consumo (IPC) para revalorizar las pensiones. A todo lo anterior se une que no hay una clara estrategia de aumento de los ingresos. Aunque el IRP solo está aplazado durante 2018 y 2019, se espera que el cambio de indicador para la revalorización de las pensiones al IPC conlleve a un aumento del déficit de la Seguridad Social: si desde 2014 la subida mínima de las pensiones era del 0,25%, la revalorización del 1,6% hace que los gastos de la Seguridad Social vuelvan a crecer por encima de los ingresos.

El aumento de la revalorización al 1,6% para 2018 se ha efectuado gracias a la transferencia estatal de casi 1.400 millones de euros para ayudar al equilibrio presupuestario. Para continuar en esta senda, si finalmente se opta por abandonar totalmente como indicador el IRP, la revalorización con el IPC debería modularse teniendo en cuenta variables últimas del sistema de pensiones, como ingresos y gastos contributivos, mejor que variables intermedias, como número de cotizantes, número de pensionistas, o que variables macroeconómicas como el crecimiento del PIB.

Debido a esta transformación en el modelo, desde la UV, la UEX y Willis Towers Watson están a favor de que el Pacto de Toledo acuerde medidas que garanticen la suficiencia financiera a corto y largo plazo de la Seguridad Social sin trasladar la carga a las generaciones futuras, bien con ingresos adicionales (impuestos específicos o cotizaciones adicionales), bien con disminución de gastos (pasando algunas prestaciones de la parte contributiva a la no contributiva, lo que implicaría su financiación con impuestos generales), o una combinación de ambas medidas.

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