Los jóvenes españoles no alcanzan el nivel mínimo de competencia financiera



Metlife, Fundación Junior Achievement y la Universidad de Murcia analizan los conocimientos financieros de la juventud en España

Los jóvenes españoles tienen menos conocimientos financieros de los que deberían, según se extrae del informe Educación financiera: ¿Qué debemos saber? El estudio, impulsado por MetLife y la Fundación Junior Achievement y elaborado por la Universidad de Murcia, analiza los conocimientos financieros de los jóvenes de entre 6 y 18 años en España.

El objetivo del estudio es impulsar la formación en esta materia en edades más tempranas. Incluye una propuesta de marco educativo adaptado a cada etapa de la educación obligatoria, para apoyar a docentes y entidades involucrados en impartir educación financiera.

Este 2 de octubre se celebra el Día de la Educación Financiera. Según los datos presentados en el informe Pisa 2015, uno de cada cuatro adolescentes españoles de 15 años (exactamente, un 24,7%) no llega al nivel mínimo de competencia. Esto significa que no puede interpretar o entender una factura, reconocer la diferencia entre lo que se quiere y se necesita o tomar decisiones sobre gasto cotidiano.

En la encuesta, llevada a cabo con alumnos de Primaria y Secundaria se han tenido en cuenta distintos parámetros. Entre ellos la percepción de una paga, la previsión y comparación en las  decisiones de compra o el uso de la telefonía móvil, las tarjetas o las compras por internet.

La edad media a la que comienzan a ahorrar se sitúa entre los 6 y los 7 años. Más del 80% de los estudiantes de Primaria y Secundaria dedica su paga a este fin, la mayoría guarda el dinero en casa y más de la mitad tiene un objetivo a medio-largo plazo. Los padres hablan más de la necesidad del ahorro con sus hijos que con sus hijas y sólo un tercio de los encuestados de Educación Primaria afirma que anota sus gastos para prever la ausencia de fondos.

Por otro lado, las bases de la cultura económica y los hábitos a ella asociados se determinan entre los seis y los ocho años.

En cuanto al primer teléfono móvil, la media está entre los 8 y 9 años. A esa edad empiezan también a realizar recados de forma autónoma o utilizar medios de pago diferentes del efectivo. A mayor edad, mayor proporción de jóvenes compran por internet o tienen medios de pago distintos al efectivo (tarjetas de crédito o débito).

Hablando de la realización de recados, entre los 9 y los 14 años las chicas tienen una probabilidad casi diez puntos porcentuales inferior a la de los chicos de realizar recados para la unidad familiar.

En lo que respecta a la comparación de productos, búsqueda de ofertas y control del gasto: las niñas declararon sistemáticamente tanto en Educación Primaria como en Educación Secundaria una mayor frecuencia de estos hábitos.

En lo que se refiere a los créditos, sólo el 30% de los encuestados de Primaria sabe que se puede pedir uno a una entidad financiera en la que no se tengan los ahorros. La media aumenta con la edad. El 55% de los estudiantes de Secundaria acertaron esta pregunta y con los 18 años el índice de aciertos es del 68%.

Por último, en lo referente a la importancia del colegio, éste tiene un efecto relevante en el joven tanto en su nivel de conocimiento financiero como en los hábitos de consumo y compra. En Primaria, el 15% de las diferencias interpersonales en estos hábitos entre los alumnos de primaria se deben a que estudian en colegios diferentes. El porcentaje es del 13% en Secundaria.

Óscar Herencia, director general de MetLife en Iberia, indica que en su empresa “consideramos que la educación financiera debe ser un pilar fundamental en la formación de los más jóvenes. En nuestra estrategia de RSC es una prioridad no sólo evitar el abandono escolar, sino también formar a los jóvenes en ciertas capacidades y dotarles de las herramientas necesarias para realizar una adecuada planificación financiera. Es algo en lo que nuestros empleados se han involucrado, de manera admirable, en su papel de voluntarios, y que nos ha permitido ayudar a muchos jóvenes en los últimos años, lo que nos llena de energía e ilusión para seguir haciéndolo cada día”.

En este sentido, la información extraída del estudio es “esencial para definir un programa de educación económica y financiera eficaz, que contribuya a reforzar los conocimientos, valores, actitudes y comportamientos que ayuden a los jóvenes a tomar decisiones económicas de manera consciente y razonada, con previsión de las consecuencias presentes y futuras”.

La metodología trabaja los contenidos de forma progresiva a lo largo de la educación obligatoria, para ayudar a docentes y entidades interesadas en impartir educación financiera. Su uso es flexible ya que, según las características del alumnado, se puede adaptar la secuencia de contenidos.

Junior Achievement divide el marco educativo en cuatro pilares centrales que para la progresión del aprendizaje: manejo del dinero, consumo responsable, gestión de riesgos y emociones asociadas al dinero e importancia del papel que juega éste en nuestras vidas.

Esta propuesta didáctica determina además que el aprendizaje de habilidades como la planificación, la perseverancia, la postergación de recompensas, la atención y el esfuerzo deben de estar presentes en el desarrollo de las actividades en el aula de este marco educativo.

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