Si siente que su carrera se desmorona, échele la culpa a Salieri



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Y justo cuando pensaba que era el rey del mambo, llega alguien que le hace tambalear.

Un texto de Anita Cufari

Durante años usted ha forjado su carrera sólida en la empresa. Todos lo respetan y siguen al pie de la letra sus dictámenes. No es que lo alaben, pero creen en sus ideas e ideales. Y es que sus métodos han probado ser eficaces y sólidos. Y aunque no le rindan culto, usted es un genio, un dios en su puesto.

Pero un buen día, llega alguien -pongámosle más joven, más dinámico, del sexo opuesto o más ágil. Usted elija-, y sin desmerecerlo, porque no se trata de ir contra usted, de repente, hace lo mismo, pero de forma diferente, con resultados espectaculares. Y entonces, usted siente que hierve por dentro, lentamente ve cómo se desmorona lo que ha creado. A partir de entonces, va en declive. Duda de todo, especialmente de usted sí mismo. De sus ideas, de lo que sabe, de lo que ha hecho. Se traba, se encierra y quiere destruir a su nuevo compañero.

Tranquilo. Esto tiene nombre y solución. Se llama Síndrome de Salieri y entenderlo le va a ayudar a resolverlo.

¿Quién era Salieri?

Era un reconocido músico y compositor italiano que pasó la mayor parte de su carrera en la Corte de Viena. Además de sus múltiples obras famosas, fue maestro de grandes como Beethoven, Schubert y Liszt. Era admirado y respetado.

Pero cuando Mozart llegó a la corte, su vida dio un giro en espiral. Los historiadores barajan diferentes versiones de la envidia que le tenía al joven músico. Pero el mito del Síndrome se popularizó en con la película Amadeus de Milos Forman.

Hay una escena que lo retrata muy bien. Se presenta el joven y alocado músico. Sin saña, pone en evidencia a Salieri. Amadeus, no sólo corrige -mejorando- la partitura del italiano, sino que improvisa una melodía muchísimo más armónica y perfecta. Aparente improvisación contra años de método. Salieri comenzó su etapa de quiebre.

Si bien se considera que este síndrome es muy típico entre artistas que desean poseer el talento o la creatividad innata del otro, también se da muy a menudo en el ámbito empresarial. Es lógico que nos afecte la llegada de quien consideramos que nos está haciendo…

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