Han pasado más de dos años desde la entrada en vigor de la nueva Ley Concursal, el 26 de agosto de 2022. Para la Asociación Profesional de Administradores Concursales y Expertos en Reestructuraciones e Insolvencia (ASPAC), esta reforma ha supuesto avances significativos en la reestructuración empresarial y la gestión de microempresas, aunque aún existen retos importantes por abordar.
Uno de los cambios más relevantes de la reforma es la introducción de los planes de reestructuración, cuyo objetivo es evitar los concursos de acreedores mediante la negociación entre deudores y acreedores.
“Aunque el número de planes aprobados sigue siendo modesto, se ha demostrado que esta es una herramienta poderosa y flexible que permite a las empresas superar situaciones de insolvencia sin necesidad de acudir al concurso tradicional”, comenta Diego Comendador, presidente de ASPAC. Esta figura, que permite la agrupación de acreedores en clases, ha sido particularmente útil en empresas con conflictos internos entre socios.
El futuro con la Ley Concursal
De cara al futuro, Comendador espera “un aumento considerable en el uso de esta herramienta, ya que ofrece mayor agilidad y mínima intervención judicial, lo que la hace atractiva tanto para empresas como para acreedores”.
Procedimientos especiales para microempresas
ASPAC también ha expresado su preocupación por la implementación de los procedimientos especiales para microempresas, regulados en el libro tercero de la Ley. Aunque la reforma buscaba ofrecer un proceso más ágil y económico para estas pequeñas empresas, la falta de una plataforma telemática operativa ha retrasado su aplicación. “El problema no es solo la falta de agilidad, sino también la exclusión del administrador concursal, lo que compromete la transparencia y eficiencia del proceso”, advierte Comendador.
ASPAC subraya que, en lugar de reducir costes, este sistema transfiere los gastos del proceso de los acreedores al Estado, creando una falsa impresión de ahorro. “Es fundamental que estos procedimientos incluyan la participación de administradores concursales para asegurar un control adecuado y evitar que los deudores gestionen la liquidación de sus empresas sin supervisión profesional”, concluye Comendador.
Incremento de los concursos sin masa
Otro de los temas que inquieta a la asociación es el aumento de los concursos sin masa, en los cuales la normativa permite concluir el proceso sin que un administrador concursal supervise los activos y pasivos del deudor. “Este tipo de concursos, que han aumentado exponencialmente, pueden dar lugar a prácticas fraudulentas si no se supervisan adecuadamente. Es necesario implementar un control más estricto para evitar que las empresas se vacíen antes de la presentación del concurso”, explica Comendador.
ASPAC reconoce los avances que la Ley Concursal ha traído al sector, pero hace un llamamiento a seguir desarrollando los reglamentos necesarios para optimizar su funcionamiento. Entre sus propuestas, la asociación insiste en la necesidad de una mayor profesionalización de los procedimientos a través de la creación de un Estatuto del Administrador Concursal, así como en la implementación definitiva de la plataforma telemática para microempresas. “Es imprescindible que el marco regulatorio continúe evolucionando para que el sistema concursal en España sea más eficaz, justo y transparente”, concluye Comendador.
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