
Fundación MAPFRE presentó el pasado 3 de junio, las exposiciones José Guerrero. A propósito del paisaje, Felipe Romero Beltrán. Bravo y Nicholas Nixon. Las hermanas Brown (1975-2022). Podrán visitarse en la sede la Fundación, en el Paseo de Recoletos, 23, hasta el 24 de agosto.
José Guerrero y Felipe Romero Beltrán realizan una investigación sobre el paisaje
Ambos lo abordan desde distintos puntos de vista. El primero, concibe el paisaje como una entidad activa y dinámica, donde lo sociopolítico, lo cultural y el imaginario colectivo se entrelazan. Romero Beltrán muestra la realidad de un territorio y sus habitantes marcados por la frontera. Ambos revelan cómo el entorno refleja y transforma la experiencia humana.
Nicholas Nixon con su serie Las hermanas Brown
Revela el pulso del tiempo: el envejecimiento, las transformaciones emocionales y la permanencia de los lazos familiares. A través de una estructura constante y una mirada profundamente empática, Nixon construye un relato visual sobre la intimidad y los vínculos afectivos
Lectura poética del espacio y el paisaje
A propósito del paisaje, comisariada por Marta Gili, es la primera gran exposición monográfica de José Guerrero (Granada, 1979). Desde hace veinte años explora la relación entre paisaje natural, arquitectónico y arqueológico con la actividad humana y el paso del tiempo.
En el conjunto de su obra, el fotógrafo concibe el paisaje como una entidad activa y dinámica donde lo sociopolítico, lo cultural y el imaginario colectivo se entrelazan de manera intrigante. La estratificación del tiempo y de la memoria, junto con los signos visibles del cruce y superposición de diversas culturas, son temas recurrentes en su trabajo. Fotografiar un territorio, un paisaje o un lugar, implica interesarse por las relaciones de cercanía, las alteraciones y las tensiones que encierran. y desechar la concepción moderna del paisaje como algo meramente natural y ajeno.
Su producción artística se caracteriza por una meticulosa organización en series. En algunas de ellas, Guerrero utiliza de manera intencionada ciertos convencionalismos del paisaje natural y arquitectónico heredados de la fotografía moderna —horizontes marcados, teatralidad del cielo y las nubes o saturación de colores—. Este enfoque invita a experimentar una fascinación y un confort ante lo que parece conocido. Una vez creado este espacio, el verdadero desafío radica en desentrañar las interacciones entre la realidad y la ficción que propone el autor, orientadas a provocar una renovación de la mirada, más allá de la simple contemplación.
La exposición, constituida por 138 fotografías y un audiovisual coproducido por el autor con el compositor Antonio Blanco (Jerez de la Frontera, 1979), se despliega a través de un recorrido narrativo tejido por diferentes hilos conductores: desde la representación hasta la experimentación, desde la luz hasta la oscuridad, desde la transparencia hasta la opacidad y desde el documento hasta la abstracción.
La muestra incluye una nueva obra realizada por el artista en las calles de la medina de Fez, en Marruecos, gracias al apoyo de la fundación.
La frontera, vida en pausa
La obra de Felipe Romero Beltrán (Bogotá, 1992) se sitúa en los límites de la fotografía documental. hace hincapié en los territorios que han sido o son escenario de tensión, conflicto y reflexión visual. Es el caso de series como Magdalena, uno de los ríos más importantes de Colombia, testigo de la lucha armada entre las FARC y el gobierno del país. Dialecto/Dialect aborda la situación de varios chicos de origen marroquí tras cruzar del estrecho de Gibraltar.
La frontera es de nuevo el leitmotiv que articula el proyecto Bravo. El río Bravo se caracteriza por un doble estatus: es río y a la vez frontera entre Estados Unidos y México. La geografía cuenta con una densa carga política que ha ido acumulando conflictos y tensiones desde el siglo XIX.
Romero Beltrán sitúa al espectador en un tramo determinado de este río de más de tres mil kilómetros de longitud, en un territorio próximo a la ciudad mexicana de Monterrey, donde tanto el río como los flujos de personas que llegan para atravesarlo lo condicionan todo, conformando la identidad de sus gentes y de sus modos de vida. Este movimiento de personas no solo afecta a ciudadanos mexicanos, sino que es un fenómeno que se extiende a todo el centro y sur de América. Hasta allí llegan personas de Colombia, Honduras, El Salvador o Guatemala.
Bravo, comisariada por Victoria del Val, se concibe como un ensayo fotográfico de cincuenta y dos fotografías que se acercan a esta realidad divididas en secciones
- Cierres.
- Cuerpos.
- Brechas.
Se pueden contemplar interiores casi desnudos, muros y superficies en las que destacan las texturas y los colores; partes y restos de carreteras y edificios donde se aprecian las huellas del paso de migrantes; y retratos de individuos que el artista ha ido encontrando en sus viajes a la zona en la que ha llevado a cabo el proyecto.
La muestra incluye El cruce una la pieza audiovisual realizada por el artista con anterioridad a las fotografías y material del proceso creativo del autor.
Retrato del paso del tiempo
Ccn esta muestra, comisariada por Carlos Gollonet, se presenta la serie definitiva de Las hermanas Brown. Nicholas Nixon la dio por finalizada en el año 2022 con la que sería la última fotografía de la serie.
Nicholas Nixon (Detroit, 1947) es una figura clave en la fotografía contemporánea, reconocido por una obra centrada sobre todo en el retrato y con un claro interés por las posibilidades descriptivas de la cámara, siempre con una clara preocupación social en los distintos temas que aborda, siendo Las hermanas Brown uno de sus trabajos más relevantes además de una de las grandes referencias del retrato fotográfico moderno. La serie reúne los retratos anuales que desde 1975 Nixon realizó a su esposa Beverly Brown (Bebe) junto a sus tres hermanas —Heather, Mimi y Laurie—, siempre en el mismo orden, mirando a la cámara, con luz natural y utilizando una cámara de gran formato.
Lejos de cualquier artificio, esta serie revelael pulso del tiempo: el envejecimiento, las transformaciones emocionales y la permanencia de los lazos familiares. Nixon construye un relato visual sobre la intimidad y los vínculos afectivos. Cada imagen, tomada con una técnica rigurosa y sobria, actúa como un corte en la continuidad de la vida, mostrando tanto las huellas de la experiencia como la evolución emocional de sus protagonistas. La sencillez formal de las imágenes contrasta con la fuerza emocional del proyecto en su conjunto: una intensa experiencia estética que trasciende lo personal para ofrecernos una de las representaciones más conmovedoras de la historia del arte sobre el paso del tiempo.