
A medida que avanzan las negociaciones a tres bandas entre el Parlamento Europeo, el Consejo de la UE y la Comisión Europea sobre el Reglamento de Acceso a Datos Financieros (FIDA, por sus siglas en inglés), Insurance Europe ha instado a los responsables políticos a mostrar una mayor ambición para alinear el marco normativo con sus objetivos originales y evitar una carga excesiva para las empresas.
Aunque la federación europea de aseguradoras valora positivamente ciertos avances recientes —como la exclusión de los grandes intermediarios tecnológicos (“gatekeepers”) y el enfoque en clientes minoristas—, considera que el marco actual sigue siendo demasiado complejo y amplio, lo que podría traducirse en costes innecesarios y dificultades operativas para las entidades afectadas.
Las cuatro prioridades de Insurance Europe
Insurance Europe destaca cuatro prioridades clave que deberían guiar la simplificación del reglamento FIDA:
- Despliegue gradual y basado en la demanda: La implementación debe ser progresiva y orientada por el mercado, evitando inversiones innecesarias en tecnología y reduciendo los costes de cumplimiento normativo.
- Ámbito de aplicación más acotado: La norma debería limitarse a categorías de datos digitales esenciales y en bruto, respaldadas por una demanda real del consumidor. La actual definición abarca un espectro demasiado amplio de información.
- Plazos más realistas: El “non-paper” de la Comisión Europea no contempla de momento una ampliación de los plazos de aplicación, un aspecto ya reconocido como prioritario por el Consejo y el Parlamento, y considerado crítico para garantizar la viabilidad del reglamento.
- Refuerzo de las salvaguardas sobre datos: Aunque se apoya la exclusión de los gatekeepers y sus filiales del régimen de licencias de Proveedores de Servicios de Información Financiera (FISP), Insurance Europe reclama medidas adicionales para garantizar una competencia equitativa y proteger la información sensible de los consumidores.
La patronal recuerda que, si no se rediseña adecuadamente, el Reglamento FIDA corre el riesgo de convertirse en una carga desproporcionada para el sector financiero, desviándose de su propósito original: fomentar la innovación y mejorar la experiencia del usuario mediante un acceso más amplio y seguro a los datos financieros.