El 79% de las personas con movilidad reducida renuncia a su vida social por las barreras arquitectónicas

Las barreras arquitectónicas siguen siendo una traba insalvable para la inclusión plena de las personas con movilidad reducida.

Las barreras arquitectónicas siguen siendo una traba insalvable para la inclusión plena de las personas con movilidad reducida. Según el informe Sumando Voces, impulsado por la Fundación Mutua de Propietarios en colaboración con Cocemfe, el 79% de este colectivo se ha visto obligado a renunciar a planes sociales por la falta de accesibilidad en su entorno.

La investigación, basada en testimonios reales, refleja un día a día condicionado por obstáculos físicos que no solo dificultan la movilidad, sino que afectan directamente al bienestar emocional: un 32% siente frustración y un 27% impotencia al encontrarse ante espacios no adaptados. Las mujeres, además, experimentan un mayor impacto emocional, con niveles más altos de frustración (35%) y tristeza (10%) que los hombres.

“La falta de accesibilidad vulnera derechos fundamentales y genera sentimientos de renuncia que no deberían formar parte del día a día de nadie”, denuncia Anxo Queiruga, presidente de COCEMFE. En el ámbito familiar, laboral o educativo, la situación se repite: un 74% ha renunciado a actividades con familiares, un 54% a los estudios y un 49% al entorno laboral.

Barreras arquitectónicas y autonomía personal

El estudio también revela que solo un 8% de las personas con movilidad reducida se considera totalmente autónoma, mientras que la media de percepción de independencia se sitúa en 5,48 sobre 10. La razón principal: el 70% tropieza a diario con barreras arquitectónicas, lo que limita actividades sociales (60%), de ocio (58%) y domésticas (47%).

En este escenario, la familia se mantiene como principal sostén emocional y práctico: el 69% de los encuestados recurre a los convivientes para superar las barreras, frente a un 5% que acude a la administración pública y un 9% que no cuenta con ningún apoyo.

“La verdadera barrera no siempre es física”, recuerda Cristina Pallàs, directora de la Fundación Mutua de Propietarios. “Es urgente fomentar el diálogo, la empatía y la voluntad colectiva para transformar no solo los espacios, sino también las actitudes”.

Finalmente, el informe pone en evidencia una falta de conciencia social: solo el 10% de las personas encuestadas cree que la sociedad es bastante o muy consciente de sus problemas diarios, mientras que un 27% afirma que no hay ninguna conciencia.

Desde Cocemfe insisten en que “la mejora de los entornos debe ir de la mano de políticas eficaces y apoyos reales que no dejen todo el peso sobre las familias”, y abogan por un modelo de accesibilidad basado en el diseño universal que garantice la plena inclusión.

También te puede interesar: