Fundación Caser propone la reforma estructural del sistema de cuidados

Las mujeres asumen la mayor parte del cuidado de personas dependientes en España, según un estudio de la Fundación Caser

Las mujeres asumen la mayor parte del cuidado de personas dependientes en España, según un estudio de la Fundación Caser

La atención a personas en situación de dependencia en España sigue recayendo mayoritariamente en el ámbito familiar y, de forma muy significativa, en las mujeres. Así lo revela el I Estudio sobre las familias con personas en situación de dependencia, publicado por la Fundación Caser, que denuncia las carencias del actual modelo de cuidados y propone una hoja de ruta con diez medidas clave para garantizar su sostenibilidad y equidad social.

El estudio, elaborado a partir de fuentes oficiales como la Encuesta EDAD 2020 del INE y entrevistas cualitativas, dibuja un retrato claro: el 55 % de los apoyos informales son prestados por hijas, madres o esposas, mujeres en su mayoría de entre 45 y 64 años que compatibilizan esta labor con su empleo, otras tareas domésticas y el cuidado de otros miembros de la familia.

Coste personal, económico y emocional

Esta dedicación no es neutra. La asunción del rol de cuidadora implica en muchos casos el abandono de la vida laboral, la reducción de ingresos, un desgaste físico y emocional, así como problemas de salud mental y conciliación. Todo ello sin contar con el escaso reconocimiento social, la ausencia de compensación económica ni derechos asociados.

En palabras de Agustín Huete, director del estudio, “el sistema de bienestar sigue descansando en una estructura que sobrecarga a las familias, especialmente a las mujeres. Reformar este modelo no es solo una cuestión de justicia social y de igualdad de género, sino una necesidad urgente para garantizar la sostenibilidad del propio sistema”.

Una hoja de ruta con las 10 medidas que propone Fundación Caser

Para abordar este desafío, la Fundación Caser plantea diez propuestas concretas entre las que destacan:

  1. La profesionalización del sector de los cuidados, con mejoras laborales y reconocimiento social.
  2. La corresponsabilidad de género, que fomente un reparto más equitativo de las tareas.
  3. El refuerzo de servicios de proximidad, como la atención domiciliaria y la teleasistencia.
  4. Formación y apoyo técnico y emocional para cuidadores informales.
  5. La simplificación de los trámites administrativos para el acceso a ayudas y servicios.
  6. Visibilizar y reconocer el papel de las familias cuidadoras.
  7. Mayor inversión en infraestructuras en zonas rurales.
  8. Un modelo centrado en la persona y su entorno familiar.
  9. Un sistema de financiación sostenible y equilibrado entre lo público y lo privado.
  10. Promoción de la autonomía personal de los dependientes.

Un sistema insuficiente y desigual

El estudio también denuncia las carencias estructurales del actual Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), que obliga a muchas familias a sustituir o complementar los apoyos institucionales. Las largas listas de espera, la falta de servicios accesibles y la desigualdad territorial, sumadas a una burocracia excesiva, suponen un freno añadido para hogares ya de por sí vulnerables.

Los datos muestran que el 23 % de los apoyos los prestan las hijas, seguidas por las madres (18 %) y las esposas (14 %). En contraposición, solo el 11 % corresponde a los esposos y el 12 % a los hijos varones. El papel de cuidadores profesionales o personas contratadas en el hogar es aún minoritario (5 %), lo que refuerza la necesidad de políticas que profesionalicen y reconozcan el trabajo de cuidados.

Con este estudio, la Fundación Caser pone de relieve una realidad invisible para muchos, pero fundamental para el bienestar de miles de familias, y lanza un llamamiento a instituciones, empresas y sociedad civil para asumir un compromiso colectivo con un modelo de cuidados más justo, profesionalizado y sostenible.

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