
El primer semestre de 2025 se ha convertido en el segundo más costoso de la historia para el sector asegurador, con 80.000 millones de dólares en pérdidas aseguradas por catástrofes naturales, según estimaciones del Swiss Re Institute. La cifra casi duplica el promedio de los últimos diez años y ya supera la mitad de la proyección anual de 150.000 millones de dólares.
El principal factor detrás de este fuerte repunte han sido los incendios forestales en California, que arrasaron el condado de Los Ángeles en enero y se han convertido en la mayor catástrofe de este tipo registrada hasta la fecha, con 40.000 millones de dólares en daños asegurados. La combinación de vientos de Santa Ana prolongados, falta de lluvias y elevada concentración de viviendas de alto valor alimentó unas pérdidas históricas.
Un riesgo creciente
El impacto económico de los incendios forestales ha aumentado de forma notable en la última década: antes de 2015 representaban en torno al 1 % de las reclamaciones por catástrofes naturales, mientras que hoy suponen ya el 7 %, con ocho de los diez incendios más costosos registrados en los últimos diez años.
Estados Unidos, y especialmente California, concentra la mayor parte de las pérdidas debido al crecimiento urbano en zonas de interfaz urbano-forestal de alto riesgo. Desde 1990, la exposición en estas áreas ha crecido casi el doble que en zonas más seguras.
Las tormentas, otra amenaza persistente para las pérdidas aseguradas
Las tormentas eléctricas severas (SCS) generaron 31.000 millones de dólares en pérdidas aseguradas en el primer semestre de 2025. Aunque esta cifra fue inferior a la estimación de tendencia (35.000 millones) y a los máximos de 2023 y 2024, estos fenómenos siguen siendo uno de los principales motores de siniestralidad para las aseguradoras, con una marcada volatilidad anual.
La urbanización en áreas de riesgo, la inflación y el aumento del valor de los activos explican el mayor impacto financiero de estas tormentas.
Incertidumbre para la segunda mitad del año
El 60 % de las pérdidas anuales aseguradas por catástrofes naturales se concentra habitualmente en la segunda mitad del año, coincidiendo con la temporada de huracanes en el Atlántico Norte. Para 2025, los pronósticos anticipan entre tres y cinco huracanes importantes, por encima de la media histórica de tres, lo que eleva la incertidumbre de cara a los próximos meses.
El economista jefe de Swiss Re, Jérôme Haegeli, advirtió que la clave está en reforzar las medidas de mitigación y adaptación:
“El mejor instrumento para aumentar la resiliencia es duplicar las medidas de prevención. Aunque tienen un coste, nuestra investigación muestra que infraestructuras como diques o presas son hasta diez veces más rentables que la reconstrucción”.
En la misma línea, Balz Grollimund, director de riesgos de catástrofes de Swiss Re, destacó el papel de la reaseguradora como socio estratégico para gobiernos y empresas:
“No solo actuamos como amortiguadores de riesgos extremos, también ayudamos a la sociedad a prepararse y responder mediante análisis, cuantificación y transferencia del riesgo”.
Si las tendencias actuales se mantienen, las pérdidas aseguradas globales en 2025 podrían superar los 150.000 millones de dólares previstos, consolidando un año marcado por la siniestralidad extrema.
Foto de Kelly : https://www.pexels.com/es-es/foto/naturaleza-pueblo-tormenta-construccion-4170461/