El 83 % de los padres exige más seguridad en las piscinas de los colegios

El 83 % de los padres exige más seguridad en las piscinas de los colegios

303 muertes por ahogamiento en España en 2025 reavivan el debate sobre la seguridad en las piscinas de los colegios. Padres y asociaciones educativas reclaman protocolos reforzados en piscinas escolares.


Según una encuesta elaborada por Nagi, el 83% de los padres sienten preocupación por las piscinas en los colegios e invertirían en seguridad para la evitar accidentes.  

Con el inicio del curso, hay una preocupación que cada año se cuela en las conversaciones de muchas familias: la seguridad de sus hijos durante las clases de natación en el colegio.

En España, la natación está presente en el currículo escolar de cientos de centros, especialmente en primaria. Se trata de una disciplina que no solo fomenta el deporte, sino que también aporta habilidades vitales. Sin embargo, en los últimos años, padres y madres han comenzado a exigir que las piscinas escolares cuenten con protocolos y herramientas de prevención reforzada para evitar incidentes.

Según datos de nagi, entre enero y julio de 2025 se han registrado 303 muertes por ahogamiento en espacios acuáticos en España, la cifra más alta de la última década. Julio fue especialmente dramático, con 92 fallecimientos en apenas 31 días.

Si bien la mayoría de estos casos se produce en playas y piscinas privadas, los expertos advierten de que los entornos escolares no están exentos de riesgo. Un descuido de apenas segundos puede derivar en una emergencia.

El riesgo silencioso bajo el agua

El ahogamiento infantil no siempre responde a la imagen que tenemos por el cine. No hay necesariamente chapoteos o gritos. “En 20 o 30 segundos un niño puede perder la conciencia bajo el agua”, advierte un monitor de natación con más de diez años de experiencia en colegios. Factores como un golpe de agua en la cara, un calambre o el cansancio acumulado pueden desencadenar el peligro.

Estos datos han llevado a familias y asociaciones de padres a incluir la seguridad acuática como un punto prioritario en las reuniones de inicio de curso.

Padres piden más prevención

La vigilancia humana, aunque imprescindible, ya no es suficiente. María López, madre de un alumno de primaria en Madrid, lo resume con claridad:

“Confío en los monitores y en el colegio, pero si existe tecnología que puede ayudar a salvar vidas, quiero que esté en la piscina de mi hijo. Igual que hay cinturones en los autobuses, debería haber medidas extra en el agua”.

Colegios cada vez más receptivos

La presión social está dando resultados. Algunos colegios han comenzado a reforzar sus protocolos: menos alumnos por turno, formación específica para monitores, supervisión extra en zonas de agua y, en algunos casos, incorporación de sistemas tecnológicos de detección temprana.

Entre estas soluciones, destaca el sistema desarrollado por nagi, empresa española que ha diseñado un dispositivo ligero que se coloca en el gorro o las gafas de los nadadores. El aparato monitoriza el tiempo de inmersión y, si detecta que se supera un límite seguro, envía una alerta inmediata al socorrista a través de relojes y tabletas, indicando la ubicación exacta del alumno.

Actualmente, nagi está presente en más de 20 colegios y su previsión es alcanzar los 100 centros antes de que termine el curso.

Javier Bosch, CEO de Nagi

“Queremos que cada niño pueda disfrutar del agua sin miedo. Nuestra misión es que la prevención sea tan habitual en las piscinas escolares como lo es la figura del socorrista. La tecnología no sustituye a las personas, las refuerza”.

Según los datos de la encuesta de nagi, en los centros que ya han reforzado la prevención, el cambio es palpable. El personal se siente más respaldado, las familias confían más en la actividad y los alumnos disfrutan sin miedos. El objetivo es que esta dinámica se extienda y que la seguridad en las piscinas escolares se convierta en un estándar, no en una excepción.

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