El IEE advierte de la baja capacidad de adaptación del tejido empresarial español

¿El tejido empresarial español es capaz de adaptarse a los cambios? La capacidad de adaptación a los cambios en el mercado es un factor esencial para el desarrollo de las empresas, sobre todo en el contexto de la globalización que ha endurecido considerablemente la competencia. Ir por delante de lo que demanda el mercado permite que las empresas crezcan, aun cuando el entorno les resulte poco favorable. En este aspecto, las empresas españolas en general no demuestran saber adaptarse demasiado bien a los cambios, según detecta el Instituto de Estudios Económicos (IEE).

Aunque España cuenta con muchas empresas punteras que destacan por disponer de una visión global de los negocios y una rápida y permanente adaptación al cambio, al conjunto del tejido empresarial le cuesta prever los cambios del mercado y tomar las decisiones necesarias para que esa adaptación se produzca de forma ágil y no altere demasiado el desarrollo de su negocio.

En los primeros lugares de la clasificación de 60 países que ofrece el Institute for Management (IMD) en su Anuario de Competitividad Mundial 2014 destacan por su elevada capacidad de adaptación a los cambios de mercado Suiza, Dinamarca, Irlanda, Hong Kong y Alemania. Malasia, Estados Unidos, Suecia, Israel y Letonia completan la lista de los 10 primeros países.

Estonia, Austria y Lituania figuran entre los veinte mejor clasificados, mientras que Polonia, los Países Bajos, Finlandia, el Reino Unido y Bélgica están entre los treinta primeros. Italia ocupa el puesto 34, Luxemburgo el 35 y Eslovaquia el 45. España figura entre los últimos lugares del ranking en el puesto 50. Por detrás aparecen Portugal, Rumanía, Francia, Grecia, Eslovenia y Bulgaria y cerrando la clasificación Croacia en el puesto 60.