El auge de los seguros embebidos impulsa la modernización tecnológica en el sector asegurador

Gonzalo Geijo, Chief Commercial Officer de Charles Taylor

El mercado de los seguros embebidos, es decir, aquellos integrados directamente en la experiencia de compra de productos o servicios, se perfila como uno de los grandes motores de transformación del sector asegurador. Las previsiones apuntan a que este modelo podría superar los 70.000 millones de dólares en primas para 2030, según estimaciones recientes, impulsado por una mayor adopción digital y tasas de conversión superiores a las de los canales tradicionales, tal como destaca un informe de la consultora Boston Consulting Group (BCG).

Este crecimiento, sin embargo, plantea un reto estratégico y tecnológico para las aseguradoras que operan sobre sistemas heredados: cómo mantener la competitividad sin tener que reemplazar por completo sus infraestructuras actuales.

Según Gonzalo Geijo, Chief Commercial Officer de Charles Taylor, la clave está en conectar lo antiguo con lo nuevo mediante una capa de orquestación inteligente que permita gestionar flujos en tiempo real, operar con APIs abiertas e incorporar agentes de inteligencia artificial (IA) como parte central del proceso.

“Una aseguradora puede tener un core robusto y décadas de datos, pero si no puede exponer APIs flexibles o reaccionar en segundos a eventos contextuales, estará fuera de la competencia embebida”, explica Geijo. “Nuestros agentes de IA permiten inyectar capacidad inteligente sin cambiar por completo el legado, transformando sistemas rígidos en plataformas adaptables.”

De los sistemas legados a la orquestación inteligente

El nuevo escenario exige que las compañías revisen la compatibilidad de sus sistemas y determinen qué componentes pueden integrarse mediante APIs y cuáles requieren modernización. Sobre esta base, la incorporación de una capa de middleware o de orquestación tecnológica se convierte en un paso esencial para conectar el core asegurador con marketplaces, aplicaciones o socios comerciales, habilitando al mismo tiempo la intervención de agentes de IA que automaticen tareas como la suscripción dinámica (underwriting), la atención de siniestros o la emisión instantánea de pólizas.

Este enfoque progresivo permite avanzar con casos de uso embebidos —desde seguros para dispositivos o garantías extendidas hasta coberturas paramétricas— y monitorizar en tiempo real el rendimiento de cada implementación, optimizando los procesos sobre la marcha.

La tecnología como ventaja competitiva

El desafío, según el análisis de Charles Taylor, no pasa solo por digitalizar operaciones, sino por convertir la tecnología en un habilitador estratégico que permita a las aseguradoras integrarse con los ecosistemas digitales donde se concentra la interacción con el cliente.

En un mercado cada vez más interconectado, las compañías que logren orquestar sus sistemas legados y aprovechar la inteligencia artificial serán las que mantengan el control tanto del negocio como de la relación con el cliente final. La competitividad del futuro, concluye Geijo, “no dependerá solo de quién tenga más datos, sino de quién sea capaz de procesarlos y actuar sobre ellos en tiempo real”.

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