
El último Barómetro de las Finanzas Éticas y Solidarias revela que las pólizas de los seguros éticos en España superan ya los 4 millones, con un volumen de primas de 1.394 millones de euros, lo que representa un 1,86% del total del sector asegurador del país. El informe, elaborado por el Observatorio de las Finanzas Éticas, analiza la evolución del sector financiero ético y dedica un bloque específico al ámbito asegurador, integrado por entidades que cuentan con el Sello EthSI (Ethical and Solidarity Based Insurance).
En 2024, el volumen total de inversiones éticas realizadas por las entidades certificadas alcanzó los 2.150 millones de euros, gestionados bajo criterios de sostenibilidad, responsabilidad social y transparencia. Estas cifras confirman el crecimiento sostenido de un modelo asegurador que prioriza el impacto social y ambiental positivo frente a la rentabilidad a corto plazo.
El barómetro también destaca el papel del sector asegurador ético en la transición energética, una de las grandes áreas de transformación económica. Según Ramón Roig, de Balenyà Sostenible, “el cambio de paradigma que suponen las comunidades energéticas fue recibido con reticencia por muchas compañías convencionales, que veían nuevos riesgos y no ofrecían productos adecuados. En cambio, nuestra correduría de seguros éticos se implicó hasta conseguir soluciones adaptadas a nuestra realidad”.
Sello EthSI de seguros éticos
El Sello EthSI certifica la gestión ética de las entidades aseguradoras, valorando aspectos como la transparencia, la responsabilidad social, la sostenibilidad ambiental y el uso responsable de las inversiones.
Entre las entidades que forman parte del sello y han sido analizadas en el informe figuran las aseguradoras Reale Seguros y Seguros Lagun Aro; las mutualidades Mutuacat Assegurances y Previsora General; las mutuas Mussap y Mutua Levante; así como las corredurías Arç Cooperativa, Asegurados Solidarios, Casablancas, AraMútua, Seryes y Social Partners.
Con estos resultados, el informe confirma que los seguros éticos no solo ganan relevancia en términos de volumen, sino también en su capacidad de liderar un cambio hacia una economía más responsable y sostenible, alineada con los valores de la ciudadanía y las nuevas demandas sociales.