DORA y Basilea III redefinen el mapa de riesgos y capital en la banca europea

DORA y Basilea III redefinen el mapa de riesgos y capital en la banca europea

El sector financiero y asegurador se prepara para 2026 con la aplicación de DORA y Basilea III, que transforman la gestión del riesgo y el capital.


Las entidades financieras y aseguradoras van a tener que repensar su estrategia tecnológica, rediseñar modelos de riesgo y ajustar estructuras de capital de cara a 2026. El cierre de 2025 llega marcado por un cambio de paradigma debido a la reciente aplicación de DORA (Digital Operational Resilience Act) y de las últimas piezas de las reformas de Basilea III, que redefinirán el cálculo de riesgos y el consumo de capital de las entidades en Europa y a nivel global.

Según Qaracter, estas transformaciones regulatorias deben ser afrontadas a su vez como oportunidades estratégicas. Quienes consigan anticiparse e integrar estas reformas en sus empresas, estarán mejor posicionados en 2026 para ofrecer servicios más digitales, seguros y confiables.

Un nuevo mapa regulatorio

El sector financiero y asegurador se enfrenta a dos reformas sustanciales que tienen como objetivo mejorar la resiliencia de las empresas frente a los riesgos digitales y bancarios: DORA y las últimas modificaciones de la reforma de Basilea III.

  • DORA establece un marco unificado de resiliencia digital para el sector financiero en la Unión Europea. Su objetivo es garantizar que los bancos, aseguradoras y demás entidades financieras puedan seguir funcionando incluso si han sufrido un ciberataque, caídas del sistema o si han experimentado un problema con un proveedor tecnológico. De este modo, las entidades se ven obligadas a prevenir, detectar y responder lo antes posible frente a incidentes digitales.
  • Las reformas de Basilea III nacieron en 2007-2009 para fortalecer la regulación, supervisión y gestión de los riesgos bancarios. En las últimas modificaciones, el objetivo se ha puesto en reducir la excesiva variabilidad en los activos ponderados por riesgo (RWA), es decir, que los bancos puedan medir los riesgos de una forma más parecida para atajar las crisis más fácilmente. También se busca reforzar los criterios para modelos internos, estableciendo reglas más estrictas para que los modelos sean más fiables y aplicables a cualquier entidad; y mejorar la transparencia y revisión de los activos de mercado.

Estrategias de adaptación

Para poder aplicar adecuadamente estas reformas, desde Qaracter señalan que las entidades financieras y aseguradoras deben llevar a cabo una serie de estrategias fundamentales como las siguientes:

  • Inversión en una arquitectura tecnológica segura y escalable.
  • Un mayor control de los proveedores críticos para poder garantizar la continuidad de los servicios.
  • Integración del riesgo cibernético y el financiero en un único modelo de gestión.
  • Aplicación de modelos de Inteligencia Artificial para automatizar la supervisión del sistema y las alertas.
  • Realización de simulacros de crisis y pruebas de recuperación periódicas.
  • Formación para los trabajadores en torno a riesgos, ciberseguridad y resiliencia operativa.

Enrique Galván, CEO de Qaracter

“Las regulaciones constituyen una oportunidad para que las empresas se anticipen y transformen estos cambios en ventajas competitivas, pudiendo ofrecer así un servicio mucho más innovador y que garantice la seguridad de los clientes. En Qaracter creemos que quienes abracen esta transformación con visión estratégica no solo cumplirán con las exigencias regulatorias, sino que también liderarán el futuro de un sector más digital, resiliente y centrado en la confianza”.

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