
El impacto de las catástrofes naturales continúa creciendo a escala mundial. Según HDI Global, los eventos climáticos extremos se han consolidado como uno de los mayores riesgos económicos globales, impulsados por factores socioeconómicos, la variabilidad climática y un bajo nivel de aseguramiento en muchas regiones.
En su análisis, la Dra. Melanie Fischer, analista de Riesgos Naturales y GIS/Data en HDI Global, destaca los cuatro factores clave que explican esta tendencia y las implicaciones para la gestión del riesgo:
1. Factores socioeconómicos
El crecimiento de la población, la prosperidad y la urbanización están concentrando activos valiosos en zonas de alto riesgo. A ello se suman el aumento de los costes de construcción, la escasez de mano de obra y las disrupciones en las cadenas de suministro, lo que eleva significativamente el coste de recuperación tras una catástrofe. Estos efectos no solo afectan a empresas y hogares, sino que también amenazan la estabilidad económica y el empleo en regiones enteras, especialmente en países con baja penetración del seguro.
2. Relevancia creciente de los riesgos secundarios
Mientras los grandes desastres históricos, como el huracán Katrina (2005) o el terremoto de Tohoku (2011), son ejemplos de “riesgos primarios”, HDI Global subraya el papel cada vez más relevante de los llamados “riesgos secundarios”, como inundaciones, incendios forestales o tormentas severas. Aunque sus siniestros individuales son menores, su frecuencia y efectos acumulados ya representan más de la mitad de las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales en el mundo.
3. Cambio climático y variabilidad natural
Los fenómenos meteorológicos están influenciados por sistemas complejos, como el ciclo de El Niño, pero el calentamiento global está incrementando la frecuencia y magnitud de los desastres naturales. Según el informe, aunque el impacto económico directo del cambio climático aún es moderado, podría alcanzar cifras de doble dígito sobre el PIB mundial a mediados de siglo.
4. Grandes brechas de protección aseguradora ante catástrofes naturales
En 2024, las pérdidas globales por catástrofes naturales superaron los 300.000 millones de dólares, de los cuales solo el 40% estaba asegurado. Aunque la proporción de cobertura crece, la brecha sigue siendo especialmente grave en el Sur Global, donde las catástrofes pueden devastar economías enteras sin mecanismos de compensación.
El papel de las aseguradoras en la resiliencia climática
HDI Global subraya la necesidad de que las aseguradoras adopten un papel activo como facilitadoras de la resiliencia ante el cambio climático. La compañía propone reforzar la adaptación mediante normativas de construcción más estrictas, planificación urbana inteligente y soluciones aseguradoras personalizadas —como pólizas ESG, programas de gestión del riesgo y herramientas avanzadas de evaluación de catástrofes—.
“El futuro del seguro pasa por construir resiliencia junto a nuestros clientes”, señala Fischer. “Las alianzas a largo plazo, el análisis de datos climáticos y las soluciones personalizadas son esenciales para mitigar los riesgos y acompañar a las empresas en su transformación”.