
Las incidencias en residencias alicantinas aumentaron un 46,88 % en 2025 respecto al año anterior, con un repunte especialmente notable en los robos (+54,29 %) y en las ocupaciones, que se duplicaron respecto a 2024. También crecieron las alertas asistenciales (+50 %), mientras que los avisos por incendio y pánico se mantuvieron estables.
Según el Instituto Nacional de Estadística, cerca de 2,9 millones de hogares españoles cuentan con una segunda vivienda. El Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana cifra en 7,73 millones el total de viviendas no principales en España. En la provincia de Alicante, donde el peso del turismo residencial es especialmente elevado, este tipo de inmuebles representan una parte significativa del parque inmobiliario. Cada septiembre, tras el regreso a la rutina, muchos propietarios vuelven con la inquietud de haber dejado atrás una casa vulnerable.
Jenny Sofie Reneng, directora de Operaciones de Sector Alarm
“La preocupación por la seguridad de las segundas residencias es cada vez mayor. Hemos notado un aumento notable de clientes que, tras el verano, contactan para reforzar la protección de sus viviendas. Muchos se sienten desprotegidos al dejar una casa vacía durante meses”.
Intrusión y ocupación: un problema más allá de las cifras
De acuerdo con el Portal Estadístico de Criminalidad del Ministerio del Interior, en 2024 se registraron 16.426 denuncias por allanamiento o usurpación de inmuebles en España, un 7,4 % más que el año anterior. Aunque representan una pequeña parte del parque total, su impacto mediático y social genera una creciente sensación de inseguridad entre los propietarios.
En el caso de Alicante, donde la vivienda vacacional y las zonas residenciales costeras tienen gran presencia, el efecto de vulnerabilidad es aún mayor. Los datos de Sector Alarm reflejan una subida generalizada de las alertas, especialmente en robos y ocupaciones, consolidando una tendencia al alza que afecta a municipios turísticos y de interior por igual.
Seguridad activa frente a seguridad pasiva
El sector de la seguridad distingue entre medidas pasivas (cerraduras reforzadas, rejas o persianas) y medidas activas (alarmas conectadas, detección temprana y verificación en tiempo real). Mientras que las primeras sirven de disuasión física, las segundas actúan en el momento crítico: detectan, verifican y permiten una respuesta inmediata ante cualquier incidencia.
“En seguridad, cada segundo cuenta. Una alarma conectada no es solo un sistema tecnológico, sino una herramienta que protege el hogar incluso cuando la familia no está. La verificación de la señal y la activación del protocolo se realiza en menos de 15 segundos”, explica Jenny Sofie Reneng.
Soluciones diseñadas para segundas residencias
La especialización de Sector Alarm en este tipo de viviendas permite ofrecer soluciones adaptadas a las necesidades de los propietarios, especialmente en zonas turísticas o rurales donde la vigilancia es más compleja. Entre sus servicios diferenciales destacan la custodia de llaves y el servicio acuda, que permite el desplazamiento de personal autorizado ante cualquier aviso, garantizando la máxima seguridad sin que el cliente tenga que estar presente.
“Muchos de nuestros clientes confían en nosotros no solo para proteger su vivienda habitual, sino también sus segundas residencias. Algunos incluso cuentan con varias alarmas contratadas con nosotros porque saben que, estén donde estén, su hogar está protegido”, añade Reneng.
Sector Alarm se consolida como una de las compañías líderes en sistemas de seguridad
“La seguridad ya no puede concebirse como un complemento. Hoy forma parte de la definición misma de hogar: un espacio protegido incluso a kilómetros de distancia”, concluye Jenny Sofie Reneng.
La provincia de Alicante se ha convertido en una de las zonas donde más ha aumentado la actividad de alarmas en viviendas durante el último año. Según los datos de Sector Alarm, las incidencias crecieron un 46,9 % en 2025, situando a la provincia entre las más afectadas de España junto con Barcelona, Santa Cruz de Tenerife y Baleares.
El incremento se produce en un contexto nacional marcado por la subida de las alertas por ocupación (+46,5 %), los robos (+11,2 %) y los incendios (+18,7 %), según los registros de la compañía. Los meses posteriores al verano son, además, los más sensibles, ya que miles de viviendas vacacionales permanecen cerradas durante semanas o meses.
“Alicante concentra un número muy elevado de segundas residencias y eso la hace especialmente vulnerable. Muchos propietarios solo ocupan su vivienda unas semanas al año, y el resto del tiempo permanece vacía, lo que incrementa el riesgo de incidencias”, explica Reneng.