Sanitas alerta sobre el impacto del cambio de estación en el sueño de las personas mayores

Expertos de Sanitas Mayores subrayan la importancia de reforzar los hábitos de higiene del sueño en esta etapa para prevenir alteraciones.

El otoño trae consigo menos horas de luz y descensos de temperatura que pueden alterar los ritmos biológicos, especialmente en las personas mayores. Conscientes de este riesgo, los expertos de Sanitas Mayores subrayan la importancia de reforzar los hábitos de higiene del sueño en esta etapa del año para prevenir alteraciones que afecten a la salud y al bienestar.

Dormir bien es clave para mantener el equilibrio físico, cognitivo y emocional. Sin embargo, la reducción de la exposición a la luz natural dificulta la producción regular de melatonina, la hormona que induce el sueño, lo que puede generar despertares nocturnos, somnolencia diurna o sensación de descanso insuficiente.

Según el Estudio Sanitas sobre la Salud del Sueño, publicado en septiembre, más del 90% de los españoles desearía dormir mejor, siendo las personas de entre 65 y 75 años quienes más manifiestan esta necesidad.

Sanitas impulsa cambios fisiológicos y efectos en el bienestar

Con la edad, la arquitectura del sueño se modifica: las fases profundas se acortan y la producción de melatonina disminuye.

“Estas variaciones hacen que el descanso sea más ligero y con más interrupciones. La falta de sueño afecta directamente al bienestar y puede provocar fatiga, irritabilidad, menor concentración o alteraciones del estado de ánimo”, explica Miriam Piqueras, directora médica de Sanitas Mayores.

La experta recuerda que un sueño adecuado contribuye a mantener la memoria, la vitalidad y el equilibrio emocional, elementos esenciales para la calidad de vida en la tercera edad.

Recomendaciones de Sanitas para un descanso reparador

El cambio de estación es un momento ideal para reforzar los hábitos de higiene del sueño. Los especialistas recomiendan:

  • Mantener horarios regulares para acostarse y levantarse.
  • Buscar la exposición a la luz natural, especialmente por la mañana.
  • Acondicionar el dormitorio con buena ventilación, temperatura adecuada y ausencia de ruidos.
  • Evitar el uso de pantallas y dispositivos electrónicos antes de dormir.
  • Incorporar rutinas relajantes como leer, escuchar música o realizar ejercicios de respiración.
  • Mantener una vida activa y social.
  • Evitar siestas prolongadas o muy tardías.
  • Cuidar la hidratación y optar por cenas ligeras.
  • Practicar actividad física moderada durante el día.
  • Fomentar el contacto con entornos naturales, que ayudan a regular el ritmo circadiano.

“Anticiparse a los cambios del sueño mediante hábitos saludables y revisiones médicas periódicas es fundamental. En las personas mayores, cualquier alteración debe evaluarse para identificar su causa y prevenir complicaciones”, concluye Piqueras.

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