
Cuatro de cada diez ciudadanos europeos siguen sin ahorrar para complementar su pensión pública, según revela la última Pension Survey publicada por Insurance Europe. El estudio lanza una señal de alerta en un momento clave, en el que la Comisión Europea avanza en una reforma de calado del sistema de ahorro e inversión y revisa el marco del Pan-European Personal Pension Product (PEPP).
La encuesta, en su cuarta edición, ha recabado la opinión de 12.700 personas en 12 países europeos —entre ellos España— y confirma una paradoja creciente: aunque cada vez más ciudadanos son conscientes de la necesidad de ahorrar para la jubilación, factores como la presión financiera, la falta de información y determinadas barreras de comportamiento siguen impidiendo dar el paso.
Brecha de ahorro para la jubilación y colectivos más afectados
El informe señala que el 41% de los europeos no contribuye a sistemas complementarios de pensiones, con fuertes diferencias entre países, donde las tasas de no ahorradores oscilan entre el 16% y el 65%. La brecha de género continúa siendo significativa: el porcentaje de mujeres que no ahorran alcanza el 46%, frente al 35% de los hombres. También resultan especialmente afectados los desempleados y los trabajadores con empleos no estándar.
Desde Insurance Europe subrayan que estos datos llegan en un contexto de creciente presión demográfica y riesgo de insuficiencia de ingresos en la jubilación, lo que incrementa la dependencia de los sistemas públicos de pensiones.
El papel clave del asesoramiento
Uno de los mensajes más claros del estudio es la importancia del asesoramiento personalizado. El 31% de los encuestados comenzó a ahorrar tras recibir consejo de un intermediario o asesor, mientras que el 25% lo hizo a través de planes promovidos por la empresa o sistemas de adhesión automática. En contraste, las campañas públicas de concienciación solo motivaron al 3% de los ciudadanos.
“La concienciación es necesaria, pero no suficiente. Hay que transformar esa conciencia en acción”, apunta el informe, que destaca el valor de herramientas como los sistemas de seguimiento de pensiones.
La seguridad, prioridad del ahorrador europeo
La encuesta confirma un perfil marcadamente conservador del ahorrador europeo. El 81% de quienes ahorran prioriza productos que garanticen al menos el capital aportado. Esta preferencia es aún mayor entre las mujeres (85%), frente al 77% de los hombres. Solo un 19% se inclina por asumir más riesgo a cambio de mayores rentabilidades.
A la hora de elegir un producto de jubilación, los encuestados señalaron como principales atributos la seguridad (45%), la solidez de la entidad proveedora (29%) y los incentivos fiscales y la asequibilidad (24%). Aspectos como la sostenibilidad de la inversión o la portabilidad quedaron en un segundo plano.
En cuanto al cobro de la pensión, las rentas vitalicias siguen siendo la opción preferida (43%), aunque también existe interés por el cobro en forma de capital, disposiciones periódicas o modelos mixtos.
Digitalización con inclusión
El estudio también refleja un amplio respaldo a la información digital por defecto: el 69% de los europeos prefiere recibir información en formato digital, siempre que exista la opción de acceder a documentación en papel si se solicita, lo que abre la puerta a combinar innovación y accesibilidad.
Llamamiento a reforzar los sistemas multipilar
La directora general de Insurance Europe, Thea Utoft Høj Jensen, aseguró que “cerrar la brecha de las pensiones en Europa sigue siendo una tarea mayúscula” y defendió que el fortalecimiento de los sistemas multipilar debe seguir siendo una prioridad para garantizar ingresos adecuados en la jubilación y reforzar la resiliencia económica europea.
En la misma línea, Nicolas Jeanmart, responsable de seguros personales y generales, señaló que la revisión del PEPP representa “una oportunidad para diseñar un producto que responda realmente a las necesidades de los ciudadanos”, incorporando una visión a largo plazo, facilitando el asesoramiento y ofreciendo garantías y elementos de protección, en línea con las preferencias mayoritarias de los ahorradores europeos.