Las próximas elecciones son la oportunidad esperada, desde hace unos años, para poner a la mediación en valor y el lugar que se merece. A pesar de todo.
En muy pocos días asistiremos al relevo del equipo gestor de la colegiación de la mediación aseguradora, un órgano con muchas sombras y algunas luces en el trascurso de los últimos años. Pero a pesar de las filias y fobias que despierta, tan necesario como necesitado de cambios profundos, meditados y estratégicamente planteados.
No debería ser aceptable que un colectivo inmerso en la situación que tiene la mediación en España, tenga a su referente institucional en una situación como la actual, sorteando dudas en la gestión y cuestionado en los logros obtenidos, salvo honrosas excepciones. Excepciones que permiten ser optimistas de cara al futuro, ya que posiblemente estemos frente a un momento de ruptura prometedor entre el antes y el después.
Y este inminente proceso electoral para elegir al próximo equipo que dirija las riendas del Consejo General de los Colegios de Mediadores de Seguros es el que motiva este editorial, que tiene su inspiración en las dos únicas candidaturas anunciadas oficialmente, al menos de momento.
En estos comienzos el proceso ya parece mucho más interesante y esperanzador que muchos de los anteriores. Frente a frente, además, dos planteamientos muy distintos por no decir antagónicos. Al menos en lo que en materia de continuidad en la gestión se refriere.
No se le escapa a nadie que si una candidatura procede de la vicepresidencia de la legislatura anterior, la propuesta no estará muy alejada de los planteamientos que el Consejo ha tenido hasta ahora. Habrá que ver el programa y sus objetivos.
Pero además de la tradicional candidatura que ha venido suponiendo una especie de saga interminable, en la que el delfín sustituye al presidente saliente, entra en el escenario electoral otra distinta, no vinculada a la gestión anterior y liderada, además, por una mujer. ¿Increíble para la mediación aseguradora? En absoluto, real como la vida misma. No en vano a este momento cinco Colegios ya están dirigidos, y bien dirigidos, por mujeres.
¿La propuesta de valor? Sencilla, clara, transversal y de fácil comprensión: “Poner el Consejo a total disposición y al servicio del colegiado, y defender valores como la transparencia, la integridad o la eficiencia con el fin de realizar reformas de calado en la institución…”, según consta en la convocatoria de esta segunda candidatura.
Suena muy apetecible, parece que es muy necesario alcanzar una situación como esa.
Que no parezca partidista este editorial, la propuesta concreta de la candidatura nueva, femenina y no vinculada al pasado sí ha tenido el detalle de hacernos llegar la información y convocarnos con el resto de medios de comunicación a su presentación oficial. Por eso podemos mencionar cuál es su propuesta de valor. La otra candidatura no.
Los medios de comunicación tenemos la obligación de informar, y eso venimos haciendo desde que nacimos, hace ya cuatro años. Pero en esta ocasión queremos opinar, que es otra de las facetas de los medios, sobre lo que es evidente y está a la vista de todos a pesar de que muchos ni lo mencionen.
La máxima institución de los mediadores de seguros está necesitada de cambio, de ideas y de acción para volver a colocarla en el lugar que se merece. El trabajo de miles de personas que cada día trabajan y dan lo mejor de ellos mismos en su actividad comercial, técnica, de asesoramiento, etc., debe tener a los mejores representantes.
Este nuevo proceso electoral es la oportunidad de cambio que la gran mayoría silenciosa espera. Veremos si se materializa y estaremos ahí para contarlo.