Crédito y Caución espera un modesto crecimiento en Arabia Saudí



La diversificación económica planeada por Arabia Saudí se desarrollará lentamente, manteniendo la fuerte dependencia de los ingresos del petróleo y el impulso estatal.

Tras un 2017 en el que el PIB se contrajo un 0,7%, debido a los recortes de producción petrolera acordados en la OPEP, el último Country Report difundido por Crédito y Caución sobre la región MENA, prevé la recuperación de un modesto crecimiento en 2018 (1,0%) y 2019 (2.0%) gracias al repunte del precio del petróleo o la inversión en infraestructuras como el metro de Riyadh o la ciudad futurista Neom.

Las medidas de austeridad, como el aumento del precio de la gasolina o los recortes de los subsidios, ayudaron a reducir el déficit presupuestario cercano al 13% del PIB en 2016 hasta el entorno del 9% en 2017. No obstante, la fecha para lograr un presupuesto equilibrado se ha retrasado de 2020 a 2023, ya que el foco se ha desplazado del ajuste fiscal al respaldo del crecimiento a largo plazo.

Arabia Saudí afronta grandes desafíos que marcarán el futuro de este mercado en los próximos 15 años. La actual agitación en Oriente Medio, generadora de graves problemas de seguridad en los vecinos Iraq y Yemen, o la creciente influencia iraní, rival tradicional en la hegemonía en la región del Golfo, han impulsado al país hacia una política exterior más asertiva, además de un ambicioso programa de reformas para diversificar su economía más allá del petróleo.

La diversificación integral de la economía ocupa un lugar destacado en la agenda política saudí. En 2016, el gobierno anunció una reforma de gran alcance denominada Saudi Vision 2030 dirigida a transformar la economía en los próximos 15 años reduciendo la dependencia del petróleo, asegurando la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas, aumentando el papel del sector privado y creando más empleos. De ser así, Crédito y Caución espera que la diversificación se desarrolle lentamente, lo que mantendrá la fuerte dependencia de la economía de los ingresos del petróleo y del apoyo estatal.

“Aunque la implementación gradual de Saudi Vision 2030 debería ser la fuerza impulsora del crecimiento a medio plazo de la economía no petrolera, quedan muchos obstáculos. Por ejemplo, los planes para aumentar hasta el 50% en 2020 la cuota de consumo de bienes producidos localmente podrían resultar difíciles de cumplir debido a la sobrevaloración de la moneda vinculada al dólar y la falta de políticas económicas apropiadas para fomentar la competitividad externa”, dice el informe.

Otro reto pendiente es la empleabilidad de la población saudí. El informe recuerda que, actualmente, los ciudadanos sauditas ocupan el 90% de los empleos en el sector público, pero solo el 19% en el sector privado. “Los planes de saudización para reemplazar la mano de obra extranjera, más barata, por nacionales sauditas se ven obstaculizados por la rigidez de las leyes laborales y los desajustes en las competencias”.

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