MetLife alerta de la importancia de empezar la educación financiera a edades tempranas
El 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación, una jornada muy especial para concienciar sobre el papel que la educación desempeña en la creación de sociedades sostenibles y autosuficientes. La educación aumenta la productividad de las personas y el potencial de crecimiento económico, y en esta línea, la formación financiera entre los más jóvenes es fundamental. Y más aún, cuando los jóvenes españoles suspenden en formación financiera en comparación con el resto de los países de la OCDE según el último informe PISA.
Curiosamente, en España, el trato con las finanzas es cotidiano y se produce a edades muy tempranas. Según el estudio que ha llevado a cabo MetLife en colaboración con la Fundación Junior Archievement, “Educación financiera: ¿qué debemos saber?”, a partir de los 6 años los niños españoles ya empiezan a ahorrar, lo que marca el inicio de la relación de los jóvenes con las finanzas familiares y personales. Por ello, desde MetLife se recomienda iniciar la educación financiera en edades tempranas.
En este mismo sentido, el informe ha identificado que en España los niños asumen responsabilidades relacionadas con la gestión de la economía familiar a edades más tempranas que las niñas. Si embargo, la edad media a la que los jóvenes acceden a medios de pago como las tarjetas de débito o crédito es casi un año y medio inferior entre los chicos que entre las chicas. En todos los intervalos de edad considerados entre los 6 y los 17 años, la proporción de chicas que disponen de medios de pago como las tarjetas de crédito o débito es sistemáticamente inferior a la correspondiente proporción de chicos.
Pese a estas diferencias, las chicas demuestran un nivel de conocimiento financiero básico superior al de los chicos hasta los 15 años. Las niñas son más racionales que los niños en los procesos de compra, dedicando con mayor frecuencia el hábito de comparar productos similares antes de decidir, buscar las mejores ofertas y valorar entre ingresos y gastos al tomar decisiones de gasto.
Pese a los intentos por parte de las instituciones públicas -como fue la implantación de la LO 2/2006 en Educación, o la controvertida LOMCE 8/2013 para la mejora de la Calidad Educativa-, la educación financiera en la escuela sigue siendo una asignatura pendiente para las nuevas generaciones. La educación financiera es necesaria para actividades diarias como la comparación de precios, la lectura de una factura o darse de alta como autónomo. Así, por ejemplo, jóvenes desde 9 a 17 años saben que pueden tener sus ahorros en una entidad financiera y pedir un préstamo a otra entidad. La relevancia de esta edad está directamente relacionada con el abandono escolar o repetir curso: el 50% los menores que repiten cursos formativos tienen un nivel bajo en información financiera según los datos de PISA, mientras que de los que no han repetido, un 13% están en ese mismo nivel.
MetLife y la Fundación MetLife recuerdan en un comunicado que confieren “una especial relevancia a la educación; de ahí que se fomente la creación de un programa de educación económica y financiera eficaz, que contribuya a reforzar aquellos conocimientos y, sobre todo, aquellos valores, actitudes y hábitos de comportamiento que ayudarán a los jóvenes a tomar decisiones económicas y financieras de manera consciente y razonada, con previsión de las consecuencias presentes y futuras de las mismas”.