La pandemia hace que los robos se centren en las segundas viviendas



La pandemia del coronavirus ha cambiado muchas cosas. Entre otras, los patrones de delincuencia. Así lo demuestra el informe Los robos en hogares asegurados. Datos 2019-2020, recién elaborado por Estamos Seguros, la iniciativa de divulgación de la cultura aseguradora puesta en marcha por Unespa.

Este estudio analiza los robos perpetrados en viviendas aseguradas entre el 1 agosto de 2019 y el 31 julio de 2020. Su conclusión es clara: los ladrones se han ido a la playa por las medidas desplegadas por las autoridades a raíz de la crisis sanitaria. Según este informe de Estamos Seguros, el confinamiento de primavera y las limitaciones a los desplazamientos establecidas para contener la pandemia han obligado a los delincuentes a centrar su atención en las segundas viviendas, habitualmente ubicadas en el litoral.

Bajan los robos en los núcleos urbanos

Los amigos de lo ajeno se han desentendido de los inmuebles ubicados en núcleos urbanos al ser conscientes de que, al tratarse de residencias habituales, sus moradores iban a encontrarse ahí. El trabajo analiza los datos aportados por 27 aseguradoras que protegen 11,8 millones de viviendas ubicadas en España. La información que ofrece es el resultado de analizar 78.000 robos ocurridos en inmuebles durante los 12 meses transcurridos entre el verano de 2019 y el de 2020.

Un vistazo al reparto de los percances a lo largo de ese período evidencia cómo los robos, que en 2019 seguían la senda habitual de repunte en las vacaciones estivales y de Navidad, cayeron a plomo durante la pasada primavera. La razón: el confinamiento decretado el 14 de marzo del año pasado. La prueba del cambio en el comportamiento de los ladrones es el reparto territorial de los robos.

Distribución geográfica de los robos en hogares

Prácticamente todas las provincias donde la probabilidad de sufrir un robo es mayor que la del conjunto de España se encuentran en la costa. O más en concreto, en el litoral mediterráneo. Es el caso de Gerona, Tarragona, Barcelona, Murcia… Si aparece algún territorio de interior entre los primeros puestos de la clasificación, es porque se trata de provincias próximas a Madrid donde también abundan las segundas residencias (Toledo, Guadalajara…).

Llama la atención, especialmente, el descenso de incidentes en la Comunidad de Madrid. La presencia de la capital provocaba que, en anteriores ediciones de este informe, esta provincia presentara una elevada probabilidad de robos en viviendas. Esto ha cambiado radicalmente. La región se ha situado significativamente por debajo de la media nacional en los 12 meses analizados. En el País Vasco ha ocurrido algo parecido, aunque de manera menos acusada, por la evolución de Guipúzcoa y Álava.

En la lista de los municipios donde es más fácil padecer un robo en casa abundan las localidades situadas en la costa. De hecho, prácticamente todas se encuentran en Cataluña. Son Gerona, Sant Cugat del Vallès, Barcelona, Mataró, Reus, Badalona, Santa Coloma de Gramanet, Murcia, Rubí, Torrevieja… La playa ha ejercido de imán para los amigos de lo ajeno en unos meses en que los propietarios de las segundas residencias han tenido impedimentos legales para disfrutar de sus casas de veraneo. No hay que perder de vista que estas trabas (ie. cierres perimetrales, cuarentenas, etc.) han afectado tanto a propietarios nacionales como a extranjeros.

Robos con más coste

El estudio de Estamos Seguros desvela cómo en 2020 se ha podido agravar el coste de los robos. Según el informe, la indemnización media pagada por una aseguradora en España a raíz de un robo se situó en los 12 meses analizados en 1.333 euros. Los percances más graves se dan en las provincias de Barcelona, Gerona, Pontevedra, Lérida y Navarra. En todos estos casos, oscilan entre los 1.600 y los 1.700 euros.

Mientras un ladrón que entra en un piso en una ciudad intenta actuar con rapidez para evitar ser descubierto por los vecinos y se lleva objetos de valor, pero poco voluminosos, los asaltos a inmuebles de veraneo y residencias aisladas suelen conllevar indemnizaciones más elevadas. En esos casos, los delincuentes disponen de más tiempo y calma para operar sin temor a ser detectados. Este patrón queda de manifiesto cuando se mira el coste de los robos por municipios.

La clasificación del coste de los robos por localidades se encuentra liderada por Pozuelo de Alarcón (2.602 euros), un municipio madrileño conocido por su elevada renta media per cápita y la abundancia de chalés. Otros puestos destacados los ocupan Marbella (2.504 euros), destino turístico malagueño de referencia para el turismo de alto poder adquisitivo; así como Alcobendas (2.333 euros), en Madrid, y Sant Cugat del Vallès (2.258 euros) en Barcelona. Estas dos últimas son localidades donde, como en Pozuelo, se ubican destacadas urbanizaciones de renta alta.

En el extremo opuesto aparecen localidades de perfil socioeconómico modesto y donde, en marcado contraste urbanístico, abundan las viviendas en altura. Es decir, los bloques llenos de vecinos. Son Cádiz, Parla, Leganés, Alcorcón y Melilla. En todas estas localidades el robo medio se sitúa por debajo de los 600 euros.

No todo son robos en los hogares

La COVID-19 ha afectado de distintas maneras al seguro de hogar. Aunque los robos en hogares han disminuido fruto de las limitaciones a los desplazamientos, la presencia continuada de las personas en sus viviendas ha motivado un incremento de las peticiones de ayuda al seguro del hogar. Ya se trate de goteras, problemas eléctricos u otras cuestiones. En el primer semestre de 2020, las aseguradoras resolvieron 3,6 millones de percances en viviendas. Un 5,59% más que en los primeros seis meses del año anterior.

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