Se acerca el invierno, y aunque a muchos moteros esta estación les encanta para realizar sus rutas y acumular kilómetros en la carretera aprovechando las vacaciones de Navidad, muchos otros deciden aparcar a sus compañeras de viaje hasta que vuelva el buen tiempo. Según datos de AMV, en invierno se realizan un 60% menos de desplazamientos en moto por carretera que en verano.
Así que, para muchos moteros toca aparcar su moto, pero no olvidarse de ella hasta que haga buen tiempo. Uno de los elementos que más hay que cuidar durante los meses que esté parada es la batería, una de las partes fundamentales de una moto y que más problemas da cuando no se hace un correcto mantenimiento. Según explica la compañía, más de la mitad de las llamadas que realizan los motoristas a los servicios de asistencia de las compañías aseguradoras tiene que ver con las baterías. Por ello, los expertos de AMV dan una serie de consejos para evitar que se descargue la batería de nuestra moto:
Desmontar la batería de la moto
Si la moto no se va a conducir en los meses más fríos del año o va a permanecer aparcada durante semanas, lo ideal es desmontar la batería. Esta suele estar normalmente debajo del asiento, aunque dependerá de la marca y el modelo de nuestra moto, algunas pueden estar también debajo del depósito de combustible o en el caso de los scooters, en la base del reposapiés.
Para desmontarla correctamente lo primero que hay que hacer es quitar los tornillos que unen los bornes a la batería, además, también hay que quitar el tubo de desagüe y de desgasificación de la batería.
Vigilar el nivel de carga
Mientras la batería permanezca desmontada, es muy importante que revisemos su estado y el nivel de carga. De este modo, nos aseguraremos de que seguirá siendo útil cuando volvamos a montarla. Para ello, hay varias opciones:
– Emplear un voltímetro. Este aparato indica la carga. Puede ser una unidad externa que se conecta a los bornes de la batería o un medidor instalado en la moto.
– Usar un mantenedor de batería. Se trata de un aparato cuya función es evitar que una batería se descargue. Es una herramienta muy práctica, pero no sirve para cargar la batería.
– Utilizar un cargador inteligente. Si nos vemos en la necesidad de cargar la batería, los expertos recomiendan adquirir cargadores inteligentes. Son dispositivos electrónicos y adecúan la carga a las necesidades reales de la batería.
– Emplear un cargador tradicional. Por último, se puede utilizar también los cargadores de toda la vida. Con estos dispositivos es preferible cargar la batería a una décima parte de su capacidad durante 10 o 12 horas en lugar de seleccionar un proceso de carga rápida.
Proteger la moto
Otra medida que contribuye a evitar que se descargue una batería es teniendo la moto bien guardada, por ello, en la medida de lo posible, lo ideal es que “duerma en un garaje”. Además, para una mayor protección, es muy buena idea protegerla con un cubrepiernas o una funda, o ambos accesorios a la vez.
Circular semanalmente
Si no queremos que se descargue la batería, otro consejo que deberíamos poner en práctica es mover la moto. Al menos, una vez a la semana. Al hacer trayectos de medio o largo recorrido ayudaremos a que la batería se cargue.
Mantener la batería
No todo es prestar atención a que nuestra batería no se descargue durante el tiempo que vaya a estar parada, también es básico y fundamental hacer un buen mantenimiento periódico cuando la estemos utilizando el resto del año y de esta manera, prolongar su vida útil, por ello, los expertos de AMV nos dan una serie de consejos para mantener en perfecto estado nuestra batería:
– Comprar un mantenedor de baterías. En primer lugar, como ya hemos mencionado anteriormente, es interesante que nos hagamos con un mantenedor de baterías, así estaremos mucho más tranquilos si no vamos a mover nuestra moto durante alguna semana del año.
– Revisar el nivel de carga periódicamente. El tiempo que debe pasar entre revisión y revisión dependerá del tipo de batería que tengamos en nuestra moto, existen tres tipos:
Baterías húmedas
Son las tradicionales de toda la vida. En la parte superior poseen unos tapones que deben retirarse para comprobar el nivel del electrolito que se encuentra en su interior. Es aconsejable realizar revisiones mensuales en este tipo de baterías.
Baterías selladas
Fabricadas con separadores Absorbed Glass Mat (AGM), son modelos de ácido con vasos de electrolito cerrados. La revisión se deberá realizar cada dos meses.
Baterías con gel
Similares a las selladas, son especialmente indicadas para motos de pequeña y media cilindrada. También habrá que revisarlas cada dos meses.
Si la moto lleva batería de litio
Se caracterizan por ser ligeras, resistentes y potentes, así como por una mayor duración. La revisión de estas baterías se hará de manera trimestral.
En cualquier caso, tengamos la batería que tengamos, el objetivo es que el nivel de carga no se encuentre por debajo del 50 % en ningún momento del año.
– Comprobar el nivel del electrolito (mezcla de ácido sulfúrico y agua destilada). En las revisiones periódicas que hagamos en las baterías tradicionales, hay que vigilar que el nivel del electrolito sea el correcto y reponerlo si fuese necesario, para ello, es conveniente hacer uso de gafas de protección, guantes y ropa vieja.
– Limpiar los bornes de la batería. Para ello deberemos emplear una mezcla de bicarbonato de sodio y agua, sirviéndose de un pequeño cepillo, y protegerlos con grasa o vaselina.
– Comprobar la sujeción de la batería. Así evitaremos que pueda irse dañando con el paso del tiempo y de los kilómetros.
– Tener un arrancador. Si por algún motivo la carga llega a agotarse con un arrancador podremos volver a poner la moto en marcha. Cuesta poco dinero y nos sacará del apuro en situaciones de emergencia.
Tener un seguro de moto con cobertura de asistencia en carretera
A pesar de todas las precauciones, cuidados y mantenimientos que hayamos tenido con nuestra batería, su vida no es ilimitada, y aunque no podemos saber a ciencia cierta cuánto puede durar, ya que dependerá de factores como la temperatura ambiente, el tipo de trayectos, el uso del vehículo… en circunstancias normales, los expertos consideran que una batería suele durar entre dos y cuatro años.
Por ello, es muy conveniente incluir en nuestro seguro de moto la cobertura de asistencia en carretera, que presta ayuda al asegurado que durante un desplazamiento con su vehículo tiene una avería, accidente u otra eventualidad que le impide continuar el viaje. Esta cobertura cubre los riesgos asociados al vehículo asegurado como traslado o remolque, rescate, reparaciones in situ… También cubre los riesgos asociados a las personas ocupantes del vehículo como transporte al domicilio, gastos de hotel, regreso anticipado de familiares, etc.
Jorge Moreno, director comercial de AMV, señala que “Llega el invierno, una estación en la que muchos moteros aparcan sus motos hasta que mejore el tiempo. Y una de las partes de nuestras compañeras de viaje que más pueden sufrir con la inactividad es la batería, pero que, con un mantenimiento básico, no tendría porqué darnos ningún problema. Por ello, desde AMV hemos querido hacer esta pequeña guía con todo lo que hay que saber para mantener la batería de nuestra moto en perfecto estado cuando no vayamos a utilizarla y también el resto del año”.
También te puede interesar:
- La COO de Bdeo, entre las Top Women InsurTech Leaders de 2022
- Sanitas convierte la medicina genómica en protagonista de su Laboratorio Central