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Llega marzo a nuestras vidas y con él dos acontecimientos importantes: la primavera y el Día del Padre. Se acerca su día y ya no encontramos la forma de sorprenderle. Llevamos años regalándole relojes, artilugios tecnológicos, corbatas, colonias… Pero esta vez no. Queremos ser diferentes, queremos exclusividad. Queremos darnos el lujo de elegir algo especial y nos estrujamos el cerebro intentando huir de las ideas de siempre. Pero también queremos acertar. Aunque las apuestas osadas suelen resultar altamente originales, si el progenitor se ajusta exclusivamente a los cánones del clasicismo, el fracaso puede ser estrepitoso.
Un texto de Ana M. Serrano
Para los clásicos, los regalos personalizados funcionan con eficacia. Como la cosmética. Sí. Porque desde que el cromañón desarrapado perdió su carisma como modelo de belleza masculina, los hombres se cuidan más.
Es cierto que son más dejados, que muchos jamás se gastarían en un frasco más 20 euros. Pero cuando se lo damos hecho se entusiasman. Y la variedad es tan inmensa que encontramos aliados de belleza perfectos para todos los padres.
Para los caprichosos y sibaritas es excelente la línea antiedad de Dr. Perricone, la firma estadounidense líder en la lucha contra el daño celular, seria, vanguardista y absolutamente eficaz. Los más “vaguetes” estarán encantados con los tratamientos todo en uno de los austriacos SA.AL&CO, una marca de hombres creada por hombres. El resto sobra.
Como no todo es cosmética en la vida de un padre, los amantes del arte también su rinconcito. Online, exclusivo y asequible. Se llama Artig Gallery y promueve a los artistas emergentes seleccionados por un equipo experto de curadores internacionales. Pintura, fotografía, grabado, escultura o ilustración.
Todo tiene cabida en esta bellísima galería pionera, cuya oferta oscila entre los 100 y los 5000 euros y artistas como Rafael Amorós, Dirk Brömmel, Carla Cascales, Jimmy Millán, Gwen Versluis o Luis Gómez MacPherson.
Si padre pertenece a la categoría nómada-aventurera, la estrategia pasa por el viaje. No cualquier viaje, claro. Ha de ser una expedición que no pueda imaginar. Como las propuestas (irresistibles) diseñadas por Silversea.
Destinos impresionantes —las Indias Orientales, el desierto de Namibia, Alaska y el lejano oriente ruso— en cruceros de lujo, acompañados por guías especializados en rutas fotográficas dedicadas a capturar la naturaleza en todo su esplendor, talleres y ponencias a bordo.
Los planes gourmet son ideales para disfrutar en familia de un día tan entrañable o para regalar a papá su bebida favorita. Glenmorangie (la célebre destilería del grupo LVMH en las Highlands) propone un pack de lujo compuesto por una botella Glenmorangie The Original y dos vasos metálicos con el sello de la piedra de Cadboll, icono de la destilería.
Si lo suyo es la cerveza, Ámbar rescata el centeno como ingrediente estrella de su última creación. Una cerveza de toma pan y moja con un sabor sorprendente y aromas sutiles a melocotón, pasas y avellanas.
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