La estabilidad política, el sustancial potencial de crecimiento, los problemas de empleabilidad de los jóvenes y el desequilibrio de las cuentas públicas son todos elementos que marcarán la evolución del país africano durante los próximos años, según se desprende de la XIV Jornada Riesgo País de Cesce, que se ha celebrado este jueves y ha abordado a la situación político-económica de Marruecos.
El director de Riesgo País y Gestión de Deuda de Cesce, Ricardo Santamaría, ha recordado la importancia económica de Marruecos para España. “Es la quinta economía de África y la tercera economía del norte de África, por detrás de Argelia y Egipto”. Además, ha señalado, “es el primer receptor de inversión directa exterior del Magreb y uno de los principales socios comerciales de España fuera de la UE, junto a Turquía, EE.UU. y Reino Unido. En 2020, más de 18.000 empresas españolas exportaron bienes a Marruecos por valor de 7.400 millones de euros”.
Cesce analiza la economía marroquí
“La economía marroquí ha experimentado una notable modernización durante las últimas décadas, gracias a la apuesta de las autoridades por la mejora del entorno inversor, lo que ha permitido crear muchas oportunidades”, ha afirmado Santamaría, que ha recalcado que “en la última década, el país ha saltado desde el puesto número 114 al número 53 en el ranking Doing Business, dato que prueba el sorprendente avance y dinamismo de esta economía”.
Históricamente, según la compañía, el seguro emitido por Cesce por cuenta del Estado en Marruecos ha superado los 6.800 millones de euros. En 2020, la compañía emitió 145 millones de euros en seguros en ese país. Marruecos ocupa el vigésimo puesto en el ranking de concentración de riesgo de la cartera de Cesce, lo que revela que “aún hay margen de emisión ya que el país está bien clasificado dentro del Grupo 3 en la clasificación de riesgo país que hace la OCDE”, ha explicado Lucía Bonet, analista de Riesgo País de Cesce.
Principal socio comercial en África
Bonet ha analizado la evolución política y económica del país durante los últimos 20 años y ha adelantado los principales retos a los que se enfrenta la economía marroquí a partir de ahora.
“Desde que Mohamed VI ocupa el trono”, ha señalado Bonet, “el país ha sufrido una profunda transformación: Marruecos es hoy el país musulmán con mayores libertades civiles. Sin embargo, también se caracteriza por una fuerte intervención del monarca en la agenda del gobierno electo”.
Cesce alerta de los problemas estructurales y retos
Bonet ha explicado que Marruecos arrastra problemas estructurales a los que deberán enfrentarse los denominados `partidos de palacio´, en clara sintonía con el Rey de Marruecos, y que se han impuesto en las últimas elecciones celebradas en el país. Entre esos problemas destacan, según la analista, “la elevada desigualdad entre zonas rurales y urbanas y una tasa de desempleo juvenil del 26%”.
Según Bonet, esta realidad es un problema social al que las autoridades no han podido todavía dar respuesta. El 70% de los jóvenes marroquíes han pensado en emigrar y, si no se dan oportunidades profesionales y de integración laboral a los jóvenes, existe el riesgo de que, fruto de su frustración, pueda prosperar el islamismo radical entre este sector de la población. Precisamente, en relación con el terrorismo radical, Bonet ha manifestado que “Marruecos ha sido, hasta el momento, muy efectivo en la lucha contra el terrorismo yihadista en el país”.
La tensión del Sáhara
La tensión en el Sáhara es otro de los retos a los que el nuevo Gobierno deberá prestar atención. “Marruecos mantiene un silencio consciente sobre este conflicto”. De hecho, esta cuestión condiciona las relaciones exteriores de Marruecos más, si cabe, desde que EE.UU. reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. “El anuncio de Washington ha supuesto un triunfo diplomático sin precedentes para Marruecos”. Desde entonces, ha subrayado Bonet, “la política exterior de Rabat ha aumentado en asertividad para intentar forzar a la UE a reconocer esa soberanía, lo que ha desencadenado dos crisis diplomáticas recientes: una con Alemania y otra con España, el pasado mes de mayo”.
“El choque con sus socios europeos es especialmente relevante por la importancia de las relaciones comerciales entre Marruecos y la UE. La UE es el destino del 67% de las exportaciones marroquíes y el origen del 50% de las importaciones”, ha matizado Bonet.
La relación Argelia-Marruecos
La mala relación Argelia-Marruecos también enturbia las relaciones exteriores de Rabat, con el reciente caso del gasoducto como principal punto de fricción. Marruecos se beneficia de entre 50 y 200 millones de euros en derechos de tránsito derivados del mencionado gasoducto pero a quien más han perjudicado las decisiones relacionadas con esta infraestructura es a España, ya que “el 30% del gas que consume España procede de Argelia”, ha recordado Bonet.
La analista ha valorado también el creciente posicionamiento de Marruecos como nueva potencia regional, su estrategia reforzada en el África subsahariana, el regreso a la Unión Africana y su posición como mediador de conflictos regionales.
Marruecos, con un PIB de 114.000 millones de dólares, es la quinta potencia económica de África, por detrás de Nigeria, Sudáfrica, Egipto y Argelia, y la tercera economía del norte de África. Tres son los factores que han influido en su evolución económica positiva: la gran estabilidad política, la apuesta por la atracción de inversiones y sus ventajas competitivas, como su ubicación geográfica privilegiada.
La analista ha recordado que “sin embargo, el país tiene un déficit educativo muy elevado, con un analfabetismo que afecta al 25% de la población” y ha señalado que “la baja productividad laboral y la escasa cualificación están frenando su potencial de crecimiento económico”.
Evolución económica por sectores
Por sectores, ha explicado Bonet, “destaca la expansión el sector automovilístico, que ha hecho de Marruecos el primer exportador de coches del continente africano, por delante de Sudáfrica”. “Renault, Dacia y Peugeot, por ejemplo, tienen sede allí y la empresa china BYD ha anunciado que fabricará en Marruecos sus automóviles eléctricos”, ha dicho.
En relación con el sector de la industria aeronáutica, Marruecos concentra ya 100 empresas dedicadas a esa actividad. “El sector industrial ha incrementado su contribución al PIB pero esto, a su vez, ha ido en detrimento del sector agrícola, que representa el 13% del PIB y da empleo al 40% de la población”, ha puntualizado la analista de Cesce.
Cesce destaca el sector servicios
En cuanto al sector servicios, representa el 53% de la economía marroquí y destaca el crecimiento de su sector turístico, que aún tiene margen de recorrido frente a otros destinos como Italia, Grecia y España. En 2019, antes de la pandemia, 13 millones de personas visitaron Marruecos, frente a los 84 millones que visitaron España.
Además, en relación con los servicios logísticos, la inversión en la ampliación del Puerto de Tánger ha posicionado a este puerto como el segundo en importancia en el Mediterráneo, por detrás de Algeciras.
Impacto de la COVID19 e inflación
Antes de la COVID19, Marruecos ya encadenaba dos años de sequías pero fue el impacto de la pandemia lo que hundió al país en recesión, por primera vez en 30 años, con un desplome del PIB superior al 6%, ha señalado Bonet. Actualmente, una campaña de vacunación acelerada (el 65% de la población marroquí ha recibido, al menos, una dosis) y la rápida reacción fiscal y monetaria de las autoridades han cimentado la recuperación. La analista ha adelantado que para 2021 se prevé un crecimiento del 5,7% para Marruecos.
En cuanto a los precios, ha dicho Bonet, “repuntarán hasta el 1,1% por dos factores: el precio internacional del crudo, del que Marruecos es importador neto, y la producción agrícola, que será positiva este año”. Sobre los tipos de interés, “en el corto plazo, no se esperan subidas”, ha pronosticado Bonet, aunque estará en función de lo que hagan el BCE y la FED.
Política fiscal y cuentas públicas
“Las autoridades marroquíes han tendido a financiar la paz social a través de un sistema de subsidios públicos”, ha señalado Bonet. “Esto ha hecho que el gasto público esté en el 30% del PIB mientras que los ingresos han estado alrededor del 27%”.
“Las autoridades han incurrido en déficit público y, en 2020, la necesidad de dar respuesta a la emergencia sanitaria volvió a disparar el desequilibrio de las cuentas, desde el 3,8% que se registró antes de la crisis, hasta el 7% del PIB”, ha indicado la analista de Cesce. Sin embargo, Bonet ha subrayado que “aunque el endeudamiento público está en el 75% del PIB, el riesgo de que la deuda pública se torne insostenible está mitigado por la propia estructura de esa deuda, ya que el 75% de la misma está en manos de los marroquíes”.
El sector exterior, ha destacado la analista, “ha sido fundamental en la reciente evolución de Marruecos: su apertura exterior es superior al 60% del PIB y las exportaciones superan los 22.000 millones de euros”. Sin embargo, ha puntualizado, “presentan una vulnerabilidad por su elevada concentración geográfica, localizada en la UE, y sectorial, ya que el 70% de las ventas exteriores se concentran en fosfatos, producción agrícola y componentes de automóviles”. Además, entre el 15% y el 20% de las importaciones marroquíes son de petróleo.
En cuanto a la deuda externa de Marruecos, se elevó hasta el 57,1% del PIB el año pasado y este año aumentará en 70.000 millones, pero “la mayor parte de esa deuda está contraída con organizaciones multilaterales, lo que, de nuevo, reduce el riesgo de que se torne insostenible; es decir, es un nivel elevado, pero todavía, manejable”, ha señalado Bonet.
Las perspectivas de Cesce para Marruecos
Actualmente, los sectores del automóvil, aeronáutico y de energías renovables son los que ofrecen mejores perspectivas en Marruecos, según ha señalado la analista. Bonet ha remarcado que “Marruecos es, después de Egipto, el país con más potencia renovable instalada en la región magrebí y, actualmente, más del 30% de la energía que consume procede de fuentes renovables”, ha explicado. Además, ha añadido, “en 2050, la mitad de la electricidad que se consuma en Marruecos dependerá de fuentes renovables”.
Bonet ha destacado, asimismo, que la recuperación de la economía prevista para este 2021 afectará a todos los sectores en Marruecos y la demanda de importaciones volverá a situarse en niveles elevados. “Se prevé que, en 2022, Marruecos habrá recuperado el tamaño de su economía previo a la crisis”, ha adelantado.
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