Destacamos: ¿Cómo se aseguran los satélites?



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Te lo explicamos en este reportaje

Tras varios intentos fallidos, el jueves 22 de febrero se lanzó con éxito al espacio el satélite español de vigilancia terrestre PAZ. El desarrollo y la puesta en órbita de un satélite implican un importante esfuerzo humano y de capital. Todo ese esfuerzo puede fallar en un segundo pero, como casi todo, puede asegurarse.

El satélite, desarrollado por Hisdesat y lanzado y puesto en órbita por SpaceX, la empresa de Elon Musk, dotará al Ministerio de Defensa español de importantes funciones de seguridad. Entre otras aplicaciones, PAZ permitirá predecir comportamientos atmosféricos anormales y controlar las consecuencias de catástrofes naturales, será capaz de controlar el tráfico marítimo. Tendrá aplicaciones de inteligencia, cartografía, control de fronteras, además de urbanismo y planificación del territorio, observación del medio ambiente y numerosas aplicaciones científicas.

El satélite pesa 1.400 kilogramos, tiene 5 metros de altura y 2,4 metros de diámetro y está previsto que cada día complete 15 vueltas a la Tierra.

El desarrollo y la puesta en órbita de un satélite implican un importante esfuerzo humano y de capital. Todo ese esfuerzo puede fallar en un segundo pero, como casi todo, puede asegurarse.

Rocío Pereira, Manager del Departamento de Aviación-Espacio y Alternative Risk Transfer de Marsh explica que los seguros espaciales cubren, entre otros, los daños o pérdidas de satélite que se puedan producir durante la fase de lanzamiento o posteriormente durante su vida en órbita. La cobertura más contratada para satélites es la de lanzamiento.

Cubre los daños físicos o la falta de cumplimiento de las especificaciones que tengan como consecuencia la reducción de la vida útil del satélite o la pérdida de su capacidad para operar como consecuencia de un fallo en la fase de lanzamiento.

La fase de lanzamiento comienza con el encendido de los motores con el propósito de despegue o desde el despegue, según lo definido en el contrato de servicios de lanzamiento. Una vez lanzado, el satélite debe alcanzar la órbita desde la cual operará y la zona desde la cual dará cobertura. Hasta que el satélite no haya pasado las pruebas en órbita no se puede establecer la verdadera vida del satélite en función de ciertos parámetros.

Por ello, el período de la cobertura de lanzamiento incluye la fase de lanzamiento y los primeros meses de vida en órbita del satélite, para comprobar que todo funciona correctamente.

Después los operadores de satélites suelen contratar un Seguro de Vida en Órbita. Estos cubren los daños físicos o la falta de cumplimiento de las especificaciones técnicas del satélite como consecuencia de un fallo mientras el satélite se encuentra en órbita, que produzcan una pérdida física del satélite, la reducción de su vida útil o la pérdida de su capacidad para prestar el servicio para el que se creó. Para activarla, el operador debe presentar un documento llamado Carta de salud del satélite, que prueba el funcionamiento del satélite.

Aunque la mayoría de los siniestros se producen durante la fase del lanzamiento del satélite y al sobrepasar un cierto número de años de su vida en órbita, el mercado asegurador también ofrece coberturas para los riesgos anteriores al lanzamiento del satélite. Los seguros de Pre-lanzamiento cubren el proceso de fabricación, el transporte del satélite hasta el lugar de lanzamiento o incluso las consecuencias financieras que provoquen un retraso o la cancelación del lanzamiento.

Juan Arsuaga, Presidente y Consejero Delegado de Lloyd’s Iberia, recuerda que cada año se producen entre 20 y 30 lanzamientos de satélites, la mayoría de ellos de uso comercial. La mayoría de los satélites asegurados se encuentran en órbita geoestacionaria y en órbita terrestre baja. Actualmente, el 45% de los satélites de la flota geoestacionaria, 214 satélites, y el 5% de la flota LEO, 58 satélites, están asegurados.

El presidente de Lloyd’s Iberia señala que la suma máxima asegurada en un lanzamiento ha sido de 750 millones de dólares, aunque la media asegurada por lanzamiento oscila entre los 300 y los 400 millones de dólares.

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