
El seguro de salud privado continúa ganando peso en España. El 25% de la población ya cuenta con una póliza sanitaria, impulsada por el cambio de hábitos tras la pandemia y la búsqueda de un acceso más rápido a especialistas y pruebas diagnósticas. Sin embargo, el coste de estas pólizas dista mucho de ser homogéneo: en función de la edad, la modalidad contratada y el número de asegurados, la diferencia de precio anual puede superar los 2.200 euros, según un análisis realizado por Roams Insurtech.
La edad encarece la prima, sobre todo en los seguros de salud más completos
La edad es uno de los factores que más influyen en el precio del seguro, especialmente cuando se opta por coberturas amplias. En la modalidad completa sin copago, la diferencia media entre un asegurado de 38 años y otro de 54 roza los 250 euros anuales: de 835,96 euros al año frente a 1.082,47 euros.
En los seguros básicos el impacto es menor, aunque sigue siendo significativo. Una persona de 38 años paga de media 325 euros al año por una póliza básica, mientras que a los 54 la cuota asciende hasta los 424 euros, casi 100 euros más. En palabras del análisis, la edad eleva el precio y ese incremento se percibe con mayor intensidad cuando el usuario busca una póliza pensada para un uso más frecuente del sistema sanitario.
Las pólizas familiares reducen el coste por asegurado
El número de personas incluidas en la póliza también influye en la prima final. Aunque asegurar a dos personas apenas reduce el precio individual, las pólizas familiares más amplias sí permiten abaratar el coste por asegurado.
“Contar con tres o cuatro personas en la póliza puede suponer un descuento de entre el 5% y el 15% por asegurado”, explica Pablo Pareles, director de la correduría. Este efecto se traduce en un alivio presupuestario relevante para familias que buscan coberturas amplias.
La modalidad contratada, el gran multiplicador del presupuesto
Más allá de la edad y del número de asegurados, la modalidad elegida es el factor que más dispara el precio. A igualdad de perfil, un seguro completo con copago suele costar entre 1,4 y 1,6 veces más que uno básico, mientras que el completo sin copago puede situarse entre 2,3 y 3,2 veces el precio del básico.
En términos absolutos, el impacto es notable. Para una familia compuesta por dos adultos de 54 años y un menor, pasar de un seguro básico (1.089,99 euros anuales) a uno completo sin copago (2.533,09 euros) supone un sobrecoste medio de 1.443 euros al año.
Embarazo y tarificación: cuando ser más joven no es más barato
El análisis pone de relieve una particularidad relevante en la tarificación femenina. En el perfil de una mujer de 33 años, las primas medias oscilan entre los 322 euros anuales en un seguro básico y los 943 euros en uno completo sin copago.
Llama la atención que, en esta última modalidad, una mujer de 33 años resulte más cara que un varón de 38, con una diferencia de casi 108 euros al año. Según Pareles, esta situación se explica por la probabilidad de embarazo y la mayor siniestralidad asociada: “El precio no depende solo de la edad, sino de cómo tarifica cada aseguradora ciertos riesgos y del nivel de uso que anticipa por perfil”.
El experto recuerda además la importancia de anticiparse si se quiere contar con cobertura para embarazo y parto, debido a los habituales periodos de carencia: contratar el seguro “cuando ya hace falta” suele llegar tarde.
Autónomos: rapidez asistencial y ventaja fiscal
Aunque algunas aseguradoras comunican productos orientados a autónomos, en la práctica no existe un seguro sanitario exclusivo para este colectivo, sino adaptaciones de pólizas generales. El atractivo principal para estos profesionales es la rapidez en consultas y pruebas, que ayuda a reducir tiempos de espera y costes indirectos derivados de la inactividad.
A ello se suma el incentivo fiscal: en estimación directa, las primas del seguro de salud del autónomo —así como las de su cónyuge e hijos menores de 25 años que convivan con él— pueden deducirse como gasto, con un límite de 500 euros por persona, o 1.500 euros en caso de discapacidad.
En un contexto de creciente demanda, el seguro de salud se consolida así como una herramienta clave de previsión sanitaria, aunque con un precio muy condicionado por el perfil del asegurado y el nivel de cobertura elegido.