Según los datos obtenidos por CPP España
Según el análisis de los datos obtenidos de las campañas gestionadas por CPP España, empresa especializada en la gestión de seguros para teléfonos móviles, el fraude registrado durante 2015 se duplicó respecto al año previo, pasando de un 2,3% sobre el número total de siniestros reportados en 2014 a un 4,2% en el pasado ejercicio. La cifra mantiene la tendencia alcista de los últimos años, coincidiendo también con un incremento en el número de pólizas contratadas.
Asimismo, el análisis comparativo de las cifras aportadas por CPP España y los datos hechos públicos de manera reciente por UNESPA (Asociación Empresarial del Seguro) respecto al porcentaje de fraude en el conjunto del sector desvelan que es precisamente el segmento de dispositivos móviles en el que el fraude ha registrado un mayor crecimiento con respecto al total de los siniestros: un 4,2% de casos fraudulentos constatado por CPP en el seguro del móvil frente al 1,22% notificado por UNESPA como media de todos los ramos del sector seguros. Así, el fraude al seguro del móvil se sitúa solo por detrás de las estafas relativas a daños corporales en accidentes de tráfico (5,35%).
Atendiendo a los datos por comunidades autónomas, las que registran un mayor porcentaje de casos sobre el total de siniestros registrados son Baleares, con 3,10%; Cataluña, con un 2,82%; y la Comunidad Valenciana, con un 2,52%. En el extremo opuesto se encuentran Galicia, con un 1,08%; Extremadura, con un 1,15%; y Murcia, con un 1,22%.
A partir del estudio de los casos de fraude, el equipo de CPP España ha identificado diferentes patrones de fraude y perfiles de defraudador. Según declara Daniel Rodríguez Gamallo, director del equipo de fraude de CPP, “existe una diferencia entre el defraudador ocasional -aquel que defrauda cuando tiene que hacer frente a un problema económico generado por un siniestro real o simula daños o un robo para obtener beneficio económico de manera puntual- y el defraudador habitual, que actúa fingiendo un siniestro de manera repetida a lo largo del tiempo usando esta práctica como medio habitual de obtención de ingresos”.
Además, Rodríguez Gamallo comenta una serie de rasgos y pautas comunes que permiten identificar al defraudador tipo: reside en ciudades de gran tamaño, conoce a la perfección los términos y condiciones de su póliza, suele denunciar robo con violencia (producido en un lugar poco concurrido) sin poder identificar al autor del mismo, en su declaración son habituales las incoherencias entre el lugar de residencia, el escenario del robo y el lugar donde se formaliza la denuncia y no suele mostrar reparos en falsificar los documentos requeridos para la tramitación de la incidencia.