El impacto de la cultura de la cancelación en la reputación corporativa

El impacto de la cultura de la cancelación en la reputación corporativa

Evercom analiza el fenómeno de la cultura de la cancelación, sus efectos en la comunicación de las marcas y su impacto en la reputación de personas y empresas.


“En la actualidad, la rendición de cuentas («cultura de la cancelación») ocupa un papel fundamental en la reputación”, explica Alberte Santos, CEO de evercom. El auge de este fenómeno está estrechamente ligado a la democratización de las redes sociales, donde la viralización del contenido es, en ocasiones, irreversible y puede desencadenar consecuencias inmediatas.

“Un análisis exhaustivo sobre el impacto de buenas y malas prácticas es fundamental para comprender de qué manera puede afectar una crisis de estas características al futuro de compañías, organismos y figuras públicas”, añade.

Redes sociales: amplificadoras de la presión social

Las redes juegan un papel crucial. Una sola publicación puede desencadenar una avalancha de críticas que redefinan cómo se percibe una marca a nivel global.

De acuerdo con un estudio reciente publicado por YouGov, el 81% de los consumidores han participado o estarían dispuestos a participar en un boicot a una empresa por este tipo de circunstancias.

“Hoy, las compañías no son sólo juzgadas por la calidad de sus productos o servicios, sino también por los valores que promueven y las decisiones que toman; por su impacto en la realidad en la que operan”, señala Cristina Cereceda, directora de Marca de evercom.

La globalización y la expansión de la conversación social ha convertido a los embajadores en piezas clave dentro de las estrategias de posicionamiento de las empresas. Estas alianzas se convierten en una extensión de la propia empresa.

Cómo abordar una crisis: transformarla en oportunidad

Las compañías deben estar preparadas para gestionar situaciones de tensión de forma eficaz y planificada. “La agilidad, honestidad y autenticidad en la respuesta son esenciales para limitar los daños” asegura Alberte Santos. “No sólo se trata de reaccionar, sino de contar con protocolos claros y específicos que les permitan adaptarse rápidamente a la situación, manteniendo la coherencia con sus valores y respetando la sensibilidad de sus audiencias”.

La gestión de crisis requiere de una comunicación fluida, especializada y adaptada a cada contexto. Las empresas deben estar allí donde se encuentren sus públicos objetivos y escucharlos. “Las marcas tienen la oportunidad de transformar las crisis en una herramienta de evolución. La clave está en abordar los problemas de manera proactiva y con responsabilidad, demostrando a los consumidores que la compañía es capaz de adaptarse y aprender de sus errores”, afirma Cereceda.

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