El legado pictórico de Veronese llega al Museo del Prado

El legado pictórico de Veronese llega al Museo del Prado

El Museo Nacional del Prado presenta una retrospectiva inédita de Paolo Veronese, figura clave del Renacimiento veneciano. La muestra analiza su genio pictórico, su libertad creativa y su trascendencia en la historia del arte europeo.


El Museo Nacional del Prado y la Fundación AXA presentan, del 27 de mayo al 21 de septiembre de 2025, la primera gran exposición monográfica dedicada en España a Paolo Veronese, uno de los maestros más brillantes y admirados del Renacimiento veneciano.

Comisariada por Miguel Falomir, director del Museo del Prado, y Enrico Maria dal Pozzolo, profesor de la Università degli Studi di Verona, la exposición pone de manifiesto la inteligencia pictórica de un artista superlativo capaz de alumbrar un universo formal propio.

Una idea totalizadora del arte

Para Veronese, el arte abarcaba innumerables referencias estéticas y culturales que supo plasmar de una manera personal, elegante y bellísima. Lo hizo en un momento crítico para Venecia, cuando afloraban las tensiones religiosas y se evidenciaban los primeros síntomas de una decadencia económica y política que sus pinceles camuflaron con maestría. Como todos los grandes artistas, Veronese trascendió su tiempo y sedujo durante siglos a coleccionistas y artistas, de Felipe IV y Luis XIV a Rubens, Velázquez, Delacroix o Cézanne.

Estos y otros temas se plasman en la exposición a través de más de un centenar de obras procedentes de prestigiosas instituciones internacionales como el Louvre, Metropolitan Museum, National Gallery de Londres, la Galleria degli Uffizi o el Kunsthistorisches Museum de Viena.

Homenaje al Renacimiento veneciano

La exposición “Paolo Veronese (1528-1588)” supone la culminación de un largo proceso de investigación y reevaluación de la colección de pintura veneciana del Museo del Prado, una de las más importantes del mundo, y piedra fundacional de la antigua colección real española. Tras las exitosas muestras dedicadas a “Los Bassano en la España del Siglo de Oro” (2001), “Tiziano” (2003), “Tintoretto” (2007) y “Lorenzo Lotto. Retratos” (2018), esta nueva propuesta completa un recorrido excepcional por la pintura veneciana del Renacimiento.

Seis secciones cronológicas y temáticas

De Verona a Venecia

Esta primera sección atiende a la formación del pintor en su Verona natal, ciudad de rico pasado romano donde la tradición local convivía con aportes venecianos (sobre todo Tiziano) y de artistas centro-italianos como Rafael y Parmigianino. Partiendo de ellos, Veronese elaboró pronto un estilo propio caracterizado por la elegancia formal y compositiva y un colorido contrastado que le facilitaron su triunfal irrupción en Venecia en 1551.

Maestoso teatro. Arquitectura y escenografía

Aborda su modo de entender el espacio y narrar historias, aunando la tradición veneciana y las nociones teatrales y arquitectónicas de Palladio y Daniele Barbaro, y lo confronta con la visión alternativa encarnada por Tintoretto y las ideas escenográficas de Serlio. Se presta particular atención a las célebres Cenas, suntuosas manifestaciones del refinamiento y la cultura material de los patricios venecianos.

Proceso creativo. Invención y repetición

Ahonda en la inteligencia pictórica de Veronese y el modo como dirigió uno de los obradores más fecundos y de mayor calidad de la época. Ello fue posible gracias a un férreo control del proceso creativo y a una sabia distribución de funciones dentro del taller en la que el dibujo resultó fundamental.

Alegoría y mitología

Muestra su excelencia en dos terrenos particularmente queridos por las elites: la alegoría y la fábula mitológica, donde se reveló como el único artista capaz de competir con Tiziano, lo que le permitió heredar su poderosa clientela, dentro y fuera de Venecia.

El último Veronese

Analiza su década final, cuando asistimos a un cambio notable en su pintura, con composiciones inestables de colorido más sombrío y un uso dirigido y a menudo simbólico de la luz, en las que el paisaje cobra nuevo protagonismo. Esta mutación, que anuncia las grandes conquistas pictóricas del Barroco, responde a factores diversos. Unos estéticos, como el impacto de la obra coetánea de Tintoretto y Jacopo Bassano. Otros “ambientales”, como el clima religioso tras el Concilio de Trento.

Haeredes Pauli y los admiradores de Veronese

La exposición concluye con una sección dedicada a su legado. De un lado tenemos a sus familiares, que durante una década prolongaron de forma estéril sus modelos bajo la denominación “Haeredes Pauli”; del otro, a aquellos artistas con verdadero ingenio que asumieron y propagaron su legado. La exposición se centra en los inmediatamente posteriores: El Greco, los Carracci y Pedro Pablo Rubens, pero su condición de “pintor de pintores” se prolongó hasta el siglo XX e incluye a artistas tan dispares como Velázquez, Tiépolo, Delacroix o Cezanne. La exposición finaliza recordando su lugar de privilegio en el coleccionismo europeo, razón última de su sobresaliente representación en las colecciones del Museo del Prado​.

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