Por primera vez, las integrantes del equipo entrenan cuerpo y mente para la X Edición del Reto Pelayo Vida en la Antártida.
Las participantes en el Reto Pelayo Vida pondrán rumbo a la Antártida el día 22 de este mes
La neurocientífica Ana Ibáñez destacó que un reto es un paso hacia lo desconocido y que por eso mismo nos transforma. Por primera vez, las expedicionarias entrenan no sólo su cuerpo, sino también su mente. “Un reto es un paso hacia lo desconocido. A mí me gusta pensar que es un baile entre lo posible y lo imposible, entre algo que te ilusiona y algo que no sabes si eres capaz de hacer. Y eso a nuestro cerebro no le gusta nada en absoluto, porque a nuestro cerebro le gusta lo conocido, lo automático. Siempre que dices que sí a un reto estás diciendo sí a estar incómodo, y eso es importante que lo sepamos. En nuestro día a día, un reto puede ser cambiar de trabajo, decidir que necesitas cambiar de pareja, por ejemplo, atreverte a hacer algo o dejar que tus hijos hagan algo. Esos son también retos, y es imposible afrontarlos sintiéndose cómodo”.
Antártida, destino de la X Edición del Reto Pelayo Vida
La ponencia comenzó con una reflexión de Ibáñez, quien compartió cómo superar un cáncer infantil fue una experiencia que moldeó su perspectiva sobre la vida. “La falta de miedo que experimentan los niños es poderosa; sobrevivir a algo así deja en el cuerpo más vida que nunca”, afirmó. Desde esa resiliencia, Ibáñez se ha dedicado a capacitar a otros para que puedan, a través de la neurociencia, entrenar su mente en respuesta a los desafíos.
Cuatro pilares para enfrentarse a los retos:
- La música como herramienta. Ibáñez enfatizó la importancia de seleccionar pensamientos positivos y cómo la energía y la música pueden elevar nuestras frecuencias cerebrales, preparándonos para ver los retos como oportunidades y poder disfrutarlos.
- Afrontar el miedo. El miedo no debe ser erradicado, sino “atravesado” con ilusión. La neurocientífica destacó la relevancia de visualizar el éxito para engañar al cerebro, superando así la respuesta de alerta y dejando espacio a la creatividad.
- Creatividad ante la adversidad. Tenemos que estar en enfoque abierto, tenemos que ser creativos porque cuando empiezas a meterte en terrenos un poco desconocidos, pierdes el control y necesitas que tu cerebro te ayude con ideas. Abrir el cerebro a nuevas soluciones es clave cuando se enfrenta a situaciones inesperadas. En el contexto de una expedición a la Antártida, esta mentalidad abierta y creativa será fundamental para el éxito grupal.
- Gestión de la energía. “Transmitimos energía, por lo que cuidar la energía que emitimos y recibimos es vital en entornos de alto rendimiento como el de las expedicionarias”.
La sesión incluyó ejercicios prácticos, desde visualizaciones con música hasta dinámicas grupales que impulsaron a los participantes a elevar su energía y adoptar una mentalidad colectiva positiva.
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