La OMS mantiene como meta la eliminación de las hepatitis víricas para el año 2030

La OMS mantiene como meta la eliminación de las hepatitis víricas para el año 2030

La Organización Mundial de la Salud busca eliminar las hepatitis víricas para 2030, con metas de reducción de infecciones y muertes por cirrosis.


La Organización Mundial de la Salud se puso como objetivo hace tres años, coincidiendo con el Día Mundial de la Hepatitis (28 de julio), lograr la eliminación de las hepatitis víricas en el año 2030. Para lograrlo, pidió a países e instituciones que fijen metas específicas: reducir en un 90% las nuevas infecciones por las hepatitis B y C; reducir en un 65% las muertes por cirrosis y cáncer de hígado; diagnosticar al menos el 90% de los casos de hepatitis B y C; y tratar al menos al 80% de las personas que reúnen los requisitos para ello.

Las iniciativas de la OMS priorizan la eliminación de las hepatitis B, C y D. A diferencia de las hepatitis víricas agudas, estos tres virus causan hepatitis crónicas que duran décadas y provocan más de un millón de defunciones al año en todo el mundo por cirrosis o cáncer de hígado; además, están detrás de más del 95% de las muertes por hepatitis.

La situación en el Paías Vasco

Gracias los estándares sanitarios, así como de higiene y saneamiento, la situación no es tan preocupante como en otras zonas del mundo. En 2022, según se constata en el Informe de Resultados de Vigilancia de Salud Pública 2023 (últimos datos disponibles), se registraron en el País Vasco 17 casos de hepatitis A. El 64,7% fueron mujeres y el 35,3 % hombres. El 41,2% de los casos precisó ingreso hospitalario. Desde el año 2000, ha habido picos de casos en 2007 (menos de 150), 2009 (más de 150) y 2017 (203 casos).

En 2022 se declararon 12 casos de hepatitis B. El 50% precisó ingreso hospitalario y la mediana de edad fue de 45 años. El 83,3% de los casos fueron hombres. Los datos históricos muestran una tendencia descendente en la incidencia de la enfermedad, con un ligero repunte tras el descenso observado durante la pandemia, que alcanza valores similares a los observados en los años previos.

En ese mismo año se declararon 51 casos de hepatitis C. Uno fue una infección aguda, y 50, de nuevo diagnóstico. El 68,6% de los casos fueron hombres y el 31,4% mujeres, con edades comprendidas entre 0 y 87 años (mediana de 55).

El año 2022 se registró un caso de hepatitis D, en Araba, en una mujer de 22 años. Y en ese mismo año se cuantificaron 6 casos de hepatitis E. Todos ellos excepto uno fueron hombres. Por territorios, se identificaron 2 casos en Araba y 4 en Bizkaia.

Tipos de hepatitis: A, B, C, D y E; e infecciones agudas y crónicas

Para conocer mejor estas infecciones, cómo se contagian, se previenen y se tratan, la Dra. Blanca Sampedro, especialista en Aparato Digestivo con atención particular a las enfermedades del hígado en el CVADI (Centro Vasco de Aparato Digestivo) y las clínicas IMQ, pone de relieve sus principales características.

La experta diferencia entre una hepatitis crónica y una aguda, que es la que ocurre en los 6 meses siguientes al contagio y se autolimita. «Todos los virus que afectan al hígado principalmente (hepatitis A, B, C, D y E) la pueden producir y ser de mayor o menor gravedad, como una inflamación hepática leve, que puede no dar síntomas, hasta una hepatitis grave con ictericia (coloración amarillenta de la piel) y encefalopatía hepática (desorientación e incluso coma). Una vez se resuelve esta hepatitis, los virus A y E quedan resueltos y los pacientes quedan inmunizados, con excepción de los pacientes inmunosuprimidos, por ejemplo, los trasplantados, que si se contagian de hepatitis E, la enfermedad se puede cronificar», señala.

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