
La mitad de las pymes españolas no prevé un impacto negativo en su competitividad por la reducción de la jornada laboral. Micropymes y empresas con menor facturación son las más escépticas.
La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales ha abierto un nuevo frente para buena parte del tejido empresarial español. El 55% de las pymes considera que esta medida no impactará en su competitividad, según los datos de 2025 del II Informe de Pymes y Autónomos de España de Hiscox.
II Informe de Pymes y Autónomos de España
Un tercio de las pymes cree que esta medida afectará negativamente o muy negativamente en su capacidad para competir, lo cual refleja una preocupación latente, especialmente entre ciertos segmentos empresariales. El mayor escepticismo se concentra en las micropymes (45%), las empresas con una antigüedad mayor de 5 años (35,6%) y aquellas con una facturación inferior a los dos millones de euros (32,5%). Por su parte, los sectores que muestran mayores reticencias son el comercio (36%), seguido de otros servicios (29%) y la industria (28,4%).
Tras su aprobación, la nueva jornada laboral presenta un grado de adaptación heterogéneo. Casi una de cada cinco pymes (18,4%) afirma que no tomará ninguna medida y seguirá organizándose como hasta ahora, mientras que un 13% reconoce que aún no sabe qué hará. En paralelo, cabe destacar que el 9,3% pretende impulsar la eficiencia y reorganizar funciones, y un 8,6% baraja ajustar horarios, atención al público o turnos. Muy pocos, apenas un 4%, contempla reforzar la plantilla, y solo el 1,6% menciona reducción de personal como respuesta.
Las pymes españolas no tienen miedo a las subidas del SMI
Según se desprende del mismo estudio, el 75% de las pymes españolas se muestra a favor de ello y, además, el 67% cree que no afectarán a su competitividad en comparación con el 32% que sí percibe un impacto adverso.
Las pymes han adoptado distintas estrategias para adaptarse al incremento de los costes laborales. El 35,7% ha optado por incrementar los precios a los clientes, mientras que el 35,3% ha reducido los márgenes. A su vez, el 20% afirma haber limitado nuevas contrataciones y recurrido al despido de empleados, seguido de un 18,7% que ha apostado por mejorar la productividad y un 17% ha asumido un aumento de los costes derivados del personal.