
El envejecimiento poblacional y la concentración de riqueza en mayores de 65 años impulsarán productos que combinen ingresos garantizados, salud y cuidados personales.
El envejecimiento acelerado de la población y el descenso de la natalidad están transformando el panorama del seguro de vida, según el último sigmareport de Swiss Re. De acuerdo con el informe, una de cada cuatro personas en los mercados desarrollados tendrá más de 65 años en 2050, lo que redefinirá las necesidades de protección financiera y dará paso a una nueva etapa de innovación en el sector asegurador.
“El impacto de la silver economy en las aseguradoras se está acelerando, dando lugar a una nueva fase de innovación”, afirmó Paul Murray, CEO de Swiss Re Life & Health Reinsurance. “Estamos ante una generación más numerosa, que vive más y llega a la jubilación con mayor patrimonio. Esto ofrece una oportunidad única para que el sector redefina su relevancia entre los mayores de 65 años”.
De la acumulación al uso del patrimonio
Swiss Re señala que las aseguradoras deberán adaptar su oferta desde la fase de acumulación de riqueza hacia la de desacumulación, es decir, el momento en que los jubilados comienzan a transformar sus ahorros en ingresos regulares. En este nuevo contexto, los productos tradicionales de vida —centrados en la protección familiar o la sustitución de ingresos— deberán evolucionar hacia soluciones que garanticen rentas vitalicias y cubran necesidades de salud y cuidados a largo plazo.
El reto no es menor: en los países avanzados, un jubilado de 65 años en 2050 podría vivir, de media, 23 años más. Sin embargo, la progresiva desaparición de las pensiones con rentabilidad garantizada aumentará el riesgo de que las personas sobrevivan a sus ahorros. Para mitigar ese riesgo, Swiss Re propone nuevas fórmulas de rentas vitalicias y mecanismos de reparto del riesgo de longevidad, combinando cobertura frente a mortalidad, longevidad y problemas de salud.
Cuidar y proteger: la nueva prioridad del seguro de vida
El informe también alerta sobre el creciente peso del gasto en cuidados de larga duración, que ya supone más del 2% del PIB en las economías avanzadas. Se prevé que el número de personas mayores de 80 años aumente un 80% en Europa y más de un 120% en Norteamérica para 2050, lo que pondrá a prueba los sistemas públicos y abrirá espacio para productos privados complementarios.
Swiss Re destaca ejemplos como el de Francia, donde los seguros que complementan la cobertura estatal de dependencia han ganado popularidad, alcanzando 1,4 millones de asegurados y más de 500 millones de euros en primas anuales.
Asimismo, el informe apunta a una necesidad urgente de protección frente al cáncer en edades avanzadas, ya que la edad media de diagnóstico es de 67 años, pero la mayoría de las pólizas de enfermedades graves expiran antes de la jubilación. Países como Tailandia o Corea del Sur ya han lanzado seguros oncológicos específicos para mayores, combinados con coberturas de salud o rentas vitalicias.
Una oportunidad histórica para el seguro de vida
Para Jérôme Jean Haegeli, economista jefe del grupo Swiss Re, “la mayor esperanza de vida afectará tanto al lado del riesgo como al de la inversión del negocio asegurador. A medida que las poblaciones envejezcan y empiecen a consumir sus ahorros, la inflación y los tipos de interés a largo plazo podrían aumentar, favoreciendo mayores retornos y rentabilidad para las aseguradoras”.
El informe concluye que el auge de la silver economy —una generación más longeva, más rica y más consciente de su bienestar— abrirá una nueva era de crecimiento para el seguro de vida, centrada en ofrecer seguridad financiera, salud y cuidados integrados durante la jubilación.