Las empresas polacas mantienen sin cambios sus condiciones de pago a clientes

Las empresas polacas mantienen sin cambios sus condiciones de pago a clientes

Las empresas polacas recurren mayoritariamente a préstamos bancarios para financiar su flujo de caja, mientras el crédito comercial representa apenas el 37%. La estabilidad en pagos B2B y estrategias de liquidez reflejan su adaptación frente a riesgos financieros y regulatorios.


Las empresas de Polonia no han experimentado cambios en las condiciones de pago con sus clientes en el último año, según el Barómetro de Prácticas de Pago de Crédito y Caución. Las facturas vencidas representan actualmente el 38% de todas las ventas a crédito B2B, y tan solo el 2% resultan impagadas.

La mayoría de las empresas han mantenido sus condiciones de pago sin modificaciones, es decir, entre los 31 y 60 días después de la facturación. Los problemas de liquidez son la principal causa del retraso en los pagos, siendo los préstamos bancarios la vía de financiación a la que recurren en mayor medida las compañías, salvo en el sector del acero y el metal, en el que se opta por el crédito de los proveedores.

La financiación bancaria

Supone un alivio rápido en el flujo de caja a corto plazo, pero también expone a las empresas a la volatilidad de los tipos de interés. El crédito comercial apenas supone el 37%.

Como resultado, las empresas están planificando estrategias defensivas de liquidez, retrasando los pagos a los proveedores para aliviar la presión sobre el flujo de caja. Sin embargo, otras optan por mantener los calendarios de pago para no dañar las relaciones comerciales con sus proveedores.

Para mitigar los riesgos de impago, la mayoría adopta una estrategia dual combinando provisiones internas con soluciones externalizadas, como los seguros de crédito. Se espera que los niveles de insolvencia se mantengan sin cambios en los próximos meses.

Volatilidad y costes de producción

De cara al futuro, las empresas expresan su preocupación por varios retos como la volatilidad de los costes de producción, que aumenta los gastos operativos. También les preocupa el endurecimiento de las exigencias normativas, así como los crecientes requerimientos en materia medioambiental, que requieren altos niveles de inversión para adoptar medidas sostenibles.

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