
Aunque los ciberataques corporativos suelen acaparar los titulares, el verdadero riesgo también se encuentra en los hogares. Según un informe del Insurance Information Institute (Triple-I) y Hartford Steam Boiler (HSB), del grupo Munich Re, recogido por Insurance Journal, el aumento de dispositivos conectados y la vida digitalizada han elevado el riesgo de sufrir delitos cibernéticos personales, una amenaza que sigue subestimada por la mayoría de los consumidores.
Una brecha de protección creciente frente a los ciberriesgos
El informe, titulado “Abordando la brecha de protección cibernética personal”, revela que 3 de cada 4 consumidores han sufrido la pérdida o el robo de información personal y un 28% ha visto vulneradas sus cuentas en redes sociales. Además, el coste medio de una reclamación por ciberriesgo en el hogar supera los 10.000 dólares.
El espectro de amenazas se ha ampliado más allá del robo de identidad y las cuentas bancarias: ahora incluye timbres inteligentes, termostatos, cámaras de seguridad y cualquier otro dispositivo conectado a internet, los cuales pueden ser infectados con malware. Tecnologías emergentes como los deepfakes y la inteligencia artificial generativa (GenAI) han intensificado la conversación sobre la vulnerabilidad digital en el ámbito personal.
“Con estilos de vida digitales cada vez más interconectados, también evolucionan los riesgos”, explicó Neil Rekhi, director de producto de seguros cibernéticos personales en HSB. “El ritmo de las amenazas cibernéticas personales se acelera, y el seguro cibernético personal es una herramienta esencial para afrontarlas”.
Falta de concienciación del consumidor ante los ciberriesgos
Pese a que el seguro cibernético personal es uno de los segmentos de mayor crecimiento en el ramo de daños, existe una brecha significativa entre lo que los agentes saben y lo que los clientes comprenden. El 84 % de los agentes y corredores afirma entender el valor de este tipo de pólizas, pero solo el 43 % considera que sus clientes comparten esa percepción.
Aunque el 77% de los mediadores ha ofrecido este seguro al menos una vez en el último mes, el 56% asegura que los clientes no entienden o no valoran la cobertura. La mayoría de consumidores prioriza el precio y el alcance de las coberturas como factores decisivos de compra.
Además, solo el 73% de los agentes se siente cómodo explicando el producto a los clientes, y apenas el 68% afirma estar preparado para venderlo de forma efectiva.
Un llamado a la acción
Para Dale Porfilio, director de seguros de Triple-I, esta desconexión supone un reto urgente: “La brecha entre la percepción de agentes y consumidores sobre el ciberriesgo personal y el papel del seguro en mitigarlo es una llamada a la acción para los profesionales del sector”.
El informe concluye que los agentes deben liderar el cambio y prepararse para anticiparse a las dudas de sus clientes respecto a exclusiones, franquicias y otras condiciones que puedan afectar al valor percibido de la póliza. Solo así podrán aumentar la concienciación del consumidor y reducir su exposición a estafas digitales.
“Un agente bien informado puede marcar la diferencia, ayudando a los clientes a comprender mejor los riesgos y protegiendo su patrimonio frente a las amenazas cibernéticas personales”, subraya el documento.