CAI organiza la mesa redonda ‘Cómo los seguros pueden contribuir a erradicar la pobreza en el mundo’, junto a Fundación CODESPA y The Boston Consulting Group
Más de 3.000 millones de personas viven en la pobreza extrema, es decir, con menos de 3 dólares al día. La vulnerabilidad de este grupo de población es extrema y constante. Cualquier imprevisto que sería fácilmente solucionable para una familia con una renta media, puede hacerles perderlo todo. ¿Qué papel puede jugar el sector asegurador para ayudar a este colectivo a salir de esta situación?
El Club de Aseguradores Internacionales (CAI) organizó ayer en Madrid junto a Fundación Codespa y The Boston Consulting Group la mesa de debate ‘Cómo los seguros pueden contribuir a erradicar la pobreza en el mundo’.
En su intervención, Gonzalo Iturmendi, abogado y secretario general de AGERS, recordó el papel que puede jugar el sector asegurador en la erradicación de la pobreza, con un potente músculo financiero y su capacidad para hacer frente a la pobreza a través de diversas herramientas, como las acciones de responsabilidad social empresarial y el desarrollo de microseguros.
Estos productos, de la mano de otras soluciones de microfinanzas, como los microcréditos, permiten a los colectivos más vulnerables protegerse frente a los riesgos más habituales, ya sean personales, patrimoniales o empresariales.
Algo tan habitual como el fallecimiento de un progenitor deja a una familia en situación de pobreza extrema en una situación económica y financiera muy delicada para hacer frente a los gastos funerarios. Contar con un microseguro puede ayudar a estos hogares a hacer frente a esta situación. Las experiencias en países como Ecuador o República Dominicana así lo avalan. Los microseguros más habituales son los de vida ligados a la cancelación de créditos, pero también proliferan los microseguros de vida y accidentes más últimos gastos, según señaló Maria Jesús Pérez, directora del Área de Investigación e Innovación Social de Codespa en su intervención.
El éxito del modelo mutual para proteger a los más vulnerables
Ignacio López, secretario general de Divina Pastora, explicó cómo el modelo mutual fue capaz de proteger a un colectivo tan vulnerable como las empleadas domésticas en la España de los años 50 del pasado siglo. López recordó el origen de la compañía, nacida hace 60 años, el 15 de marzo de 1957, como mutualidad de empleadas del hogar. Impulsada por Manuela Blanca, su objetivo era cubrir a estas trabajadoras en caso de accidente o enfermedad. El modelo de protección funcionó y en los años 80 ya contaban con 300.000 mutualistas.
Juan Arsuaga, presidente de Lloyd’s en España y del CAI, fue el encargado de cerrar el acto recordando que en 17 de los 42 primeros países de la economía mundial aún existen importantes brechas de aseguramiento con un mercado potencial de más de 100.000 millones de dólares en primas.