
MAPFRE RE ha regresado al mercado de bonos de catástrofe patrocinando una nueva emisión por valor de 125 millones de euros con un plazo de tres años. El objetivo principal es proteger su cartera de riesgos en Europa frente a eventos extremos
Esta es la segunda vez que MAPFRE RE utiliza este tipo de instrumento financiero como parte de su compra de retrocesión. Esta operación de 2025, que sigue a la adquisición inaugural de un bono catastrófico en 2024, está estructurada para ofrecer protección sobre una base agregada anual, con el desencadenante basado en las pérdidas reportadas por PERILS AG.
AON Securities actuó como agente estructurador y colocador de la operación. La emisión fue muy bien recibida por los mercados de capitales, lo que permitió aumentar el importe final desde los 100 millones de euros inicialmente previstos hasta 125 millones, además de lograr un precio final inferior a la orientación inicial gracias a la fuerte demanda de los inversores.
“Estamos muy satisfechos con esta nueva protección. El uso de bonos catastróficos como parte de nuestra compra de retrocesión nos permite proteger mejor a MAPFRE RE en Europa y diversificar nuestras fuentes de reaseguro, reforzando nuestra posición en el mercado global y demostrando la confianza que tanto los mercados tradicionales como los de bonos catastróficos tienen en la calidad de suscripción de MAPFRE RE”, explica Miguel Rosa, CEO de MAPFRE RE.
Los bonos catastróficos son una alternativa adicional y complementaria a las protecciones tradicionales de reaseguro. Permiten a aseguradoras y reaseguradoras transferir parte de sus riesgos a los mercados de capitales, ofreciendo a los inversores la oportunidad de acceder a una clase de activos diversificada con rentabilidades atractivas, sin necesidad de crear su propia compañía de seguros.