A casi 9 de cada 10 padres de menores de 18 años les preocupa mucho o bastante la salud bucodental de sus hijos (83,23%). Sólo al 69,31% de los españoles les preocupa mucho o bastante la suya propia. Son algunos de los resultados del Estudio de Sanitas sobre Salud Bucodental de 2023.
El cuidado de la salud bucodental desde los primeros años de vida es fundamental y para eso es necesario que los padres ayuden a sus hijos en el aprendizaje de una buena rutina de higiene bucal.
“No cuidar los dientes de un niño desde el principio puede derivar en problemas como caries, dificultades para comer y hablar, problemas de alineación dental, dolor, infecciones, baja autoestima y hábitos de cuidado dental deficientes en la adultez”, explica Lorena Trinidad, odontóloga de Sanitas Dental.
Consejos de Sanitas Dental para cuidar la salud bucodental de los más pequeños
- Usar el material adecuado para cada edad. Se recomienda optar por cepillos de dientes con cerdas suaves y cabezales adecuados, y utilizar pasta dental con flúor según lo recomendado. Para los menores de 2 años, es aconsejable usar una cantidad similar a la de un grano de arroz, y para los mayores de 2 años, el tamaño de un guisante.
- Introducción de hilo dental y enjuague bucal. Comenzar a usar hilo dental tan pronto como los dientes de leche estén lo suficientemente cerca unos de otros. Por lo general alrededor de los 2 o 3 años. Utilizar el enjuague a partir de los seis años, incidiendo en la importancia de no tragarlo.
- Promover una dieta equilibrada. Priorizar alimentos que promuevan la salud bucal, como frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasa. Evitar el exceso de azúcares y alimentos procesados.
- Prestar atención a las señales. No ignorar ningún signo de advertencia, como sangrado de encías o halitosis.
- Visitar al dentista regularmente. Se recomienda visitar el odontopediatra para realizar una primera revisión dental antes del primer cumpleaños del niño. A partir de entonces, lo ideal sería realizar un seguimiento como mínimo una vez al año. Pero mejor si es cada seis meses porque la boca de los niños cambia muy rápido.
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