La astenia otoñal surge por la disminución de horas de luz natural y el descenso de temperaturas, afectando el estado de ánimo y el ritmo circadiano.
Menos sol, más cansancio
La bajada de las temperaturas y la disminución de las horas de luz natural son algunas de las razones para la aparición de la astenia otoñal. Estudios demuestran que, a medida que los días se acortan y la exposición a la luz solar disminuye, se reduce la producción de serotonina a nivel cerebral y aumenta la producción de melatonina, la hormona encargada de regular el sueño.
Dificultad para dormir y bajo ánimo
Este último fenómeno puede afectar nuestro ritmo circadiano produciendo ciertas dificultades para dormir y generar sensaciones de somnolencia durante el día. El desajuste entre la serotonina y la melatonina contribuye a una mayor sensación de fatiga y puede afectar al ánimo. El fin del periodo estival y la vuelta a la rutina también puede influir negativamente en el estado de ánimo.
La propagación de virus respiratorios
A estos factores se suma un aumento en la propagación de virus respiratorios, como el resfriado común y la gripe. El sistema inmunológico puede verse debilitado por el estrés y el cansancio acumulado, lo que aumenta la susceptibilidad a estas enfermedades.
El 58% de los españoles declara que su salud física impacta directamente en su vida personal. Así lo desvela el estudio Cigna International Health. Adicionalmente, con la disminución de la exposición a la luz solar, el cuerpo reduce la síntesis de vitamina D. Por ello es importante hablar con un profesional de la salud. Siempre se debe realizar la suplementación bajo indicación médica, ya que la dosis puede cambiar según las necesidades individuales.
Trastorno Afectivo Estacional (TAE)
“La astenia otoñal puede exacerbar cuadros incipientes de ansiedad, depresión leve o tristeza, afectando nuestra estabilidad emocional. El descenso de la serotonina y el menor contacto con la luz solar pueden intensificar los sentimientos de soledad y desesperanza, especialmente en personas más susceptibles a los cambios estacionales. En casos más graves, esta alteración puede dar lugar al Trastorno Afectivo Estacional (TAE), una forma de depresión que se activa durante los meses de otoño e invierno. A pesar de que la astenia otoñal es un problema transitorio, es importante actuar cuanto antes y no esperar a que llegue el invierno para tomar medidas e instaurar hábitos saludables que contribuyan a equilibrar el bienestar físico y mental”, explica Daniela Silva, Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España.
5 estrategias para hacer frente a la astenia otoñal
- Convertirse en early bird. Para regular el ciclo sueño-vigilia y mejorar el estado de ánimo es recomendable levantarse temprano y aprovechar al máximo la luz natural.
- Aprovechar la naturaleza para hacer frente al sedentarismo. Aunque el frío y la necesidad de abrigarse puedan ser factores desmotivantes, el contacto con el entorno natural tiene múltiples beneficios para la salud, como reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.
- Evitar el hambre emocional. Priorizar el consumo de frutas y verduras y preparar recetas con alimentos de temporada ricos en nutrientes.
- Definir metas diarias de forma realista y flexible. La astenia otoñal puede hacer que la desmotivación y la fatiga interfieran con la productividad del día a día. En este sentido, cumplir con pequeñas metas diarias genera una sensación de logro y bienestar.
- Hacer gimnasia mental con actividades manuales.
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