La directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores, Myriam Piqueras, comparte consejos prácticos para prevenir la osteoartritis y otras enfermedades articulares.
Miryam Piqueras, directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores recomienda las siguientes pautas para prevenir el dolor articular en las personas mayores:
Establecer una buena alimentación
El exceso de peso incrementa la presión sobre las articulaciones, especialmente en las rodillas, caderas y columna vertebral, lo que acelera su desgaste. Una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras y proteínas magras ayuda a controlar el peso y mejorar la salud articular. Esto mitiga el riesgo de desarrollar osteoartritis y otros trastornos.
Ejercicio regular de bajo impacto
Caminar, nadar o hacer ejercicios dentro del agua, yoga o estiramientos puede ayudar a fortalecen los músculos que sostienen las articulaciones. Esto, aparte de desarrollar la movilidad y la flexibilidad, reduce el riesgo de rigidez. Se recomienda un mínimo 2 horas a la semana para evitar el sedentarismo.
Fortalecimiento muscular
Ejercicios de resistencia como levantamiento de pesas ligeras o el uso de bandas elásticas, potencia la fuerza muscular que soporta las articulaciones. Unos músculos fuertes protegen las articulaciones al absorber mejor el impacto, disminuyendo así la probabilidad de lesiones.
Mantener una buena postura
Adoptar una colocación apropiada al sentarse, caminar o levantar objetos evita una sobrecarga en las articulaciones. La mala alineación del cuerpo provoca tensión en áreas como la columna, caderas y rodillas, lo que puede originar dolor crónico. Es aconsejable utilizar sillas ergonómicas y prestar atención a la forma de moverse para esquivar molestias.
Estiramientos diarios
Una rutina de calentamiento contribuye a conservar la flexibilidad y eludir la rigidez articular. Estirar suavemente los músculos y tendones que rodean las articulaciones para no perder rango de movimiento y garantizar una mayor movilidad.
Evitar los movimientos repetitivos
Huir de aquellas tareas que requieran acciones reiterativas y prolongadas, como teclear durante horas sin descanso o realizar labores domésticas como barrer o fregar. Se recomienda tomar descansos regulares y variar el tipo de actividades para minimizar el riesgo de inflamación y dolor.
Prevención de caídas
Es importante reducir el riesgo de caídas no solo con los programas de ejercicios si no también realizando aquellas modificaciones ambientales necesarias en sus hogares, evitando la polifarmacia y controlando los problemas de visión.
“Unos zapatos que proporcionen un buen soporte y amortiguación permiten distribuir el peso de manera equitativa, protegiendo las articulaciones de los pies, tobillos y rodillas. Asimismo, aquellos que cuentan con suelas antideslizantes y una buena absorción de impacto también son buena opción porque reducen la tensión durante las caminatas diarias”, concluye Piqueras.
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