El déficit contributivo de la Seguridad Social española se ha situado en el 1,91% del PIB durante el tercer trimestre de 2024, alcanzando los 29.856 millones de euros, según el análisis de la ejecución presupuestaria del sistema. Esta cifra representa un aumento interanual de aproximadamente 3.000 millones de euros, impulsado por un crecimiento de los gastos contributivos superior al de los ingresos.
Desajuste entre gastos e ingresos
El incremento del déficit contributivo se debe principalmente al crecimiento de los gastos contributivos, que aumentaron en 4.093 millones de euros, frente a un crecimiento de 3.274 millones de euros en los ingresos contributivos. Este desajuste refleja la presión constante que enfrenta el sistema para financiar prestaciones como pensiones y bajas por incapacidad temporal.
En cuanto a las operaciones no financieras, el déficit alcanzó el 0,59% del PIB (9.212 millones de euros), superando tanto el 0,50% registrado en el trimestre anterior como el 0,34% del mismo periodo en 2023.
Factores determinantes del déficit contributivo de la Seguridad Social
El gasto en pensiones contributivas representa el 87,1% del gasto total, registrando un aumento del 1,9% intertrimestral, debido al crecimiento del número de pensiones (+0,3%) y al efecto sustitución (+0,6%). Se prevé que este gasto cierre el año con un incremento cercano al 7%, por debajo del crecimiento del 10,3% registrado en 2023.
Además, el gasto en incapacidad temporal ha crecido un 18% en lo que va del año, limitando las posibilidades de contener el déficit contributivo.
Impacto de las reformas y medidas correctivas
Las reformas implementadas en los últimos años también han influido en la evolución del déficit:
• El Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), vigente desde 2023, ha generado una recaudación equivalente al 0,2% del PIB.
• En 2024, se incrementó en 0,1 puntos el tipo de cotización del MEI y se amplió la base máxima de cotización en un 1,2% por encima de la inflación.
• La Ley 21/2021 ajustó los coeficientes reductores para jubilaciones anticipadas y mejoró las bonificaciones para jubilaciones demoradas, elevando la edad efectiva de jubilación de 64,66 años en 2021 a 65,18 años en 2024.
Sin embargo, la reforma del régimen de cotización para autónomos no ha generado los ingresos esperados, ya que el crecimiento de este segmento se mantiene por debajo del régimen general.
Perspectivas a mediano y largo plazo
Rafael Villanueva, director asociado del área de Retirement de WTW España, afirmó: «A pesar de las mejoras en la recaudación por cotizaciones sociales, los ingresos no crecen lo suficiente para compensar el aumento del gasto. La sostenibilidad del sistema de Seguridad Social dependerá de una combinación de factores, como la consolidación de reformas, ajustes en las políticas de cotización y medidas para controlar el crecimiento de los gastos.»
Enrique Devesa, profesor titular de la Universidad de Valencia y miembro del Observatorio de las Pensiones de WTW, añadió: «Este año marca un momento clave en la implementación de diversas reformas que buscan reducir el déficit estructural del sistema. Sin embargo, el balance de los efectos de estas medidas solo será plenamente visible en el mediano y largo plazo.»
Conclusión: El déficit contributivo de la Seguridad Social sigue siendo un desafío estructural, afectado por factores demográficos, el aumento en el gasto por pensiones y las limitaciones en la recaudación. Las reformas recientes son un paso adelante, pero aún es necesario un enfoque integral para garantizar la sostenibilidad financiera a largo plazo.
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