El seguro de multirriesgos protege un inmueble frente a posibles siniestros, ya se produzcan en el propio bien asegurado o se encuentre la causa de los daños en una vivienda o local adyacente. La elevada contratación de este tipo de pólizas por parte de las familias se debe a que muchas de ellas tienen, al menos, una vivienda en propiedad. En España hay 17,8 millones de pólizas de multirriesgo del hogar en vigor. Al año se producen 5,5 millones de siniestros. El valor de las viviendas aseguradas se encuentra próximo a los 2 billones de euros, una cifra equivalente a dos veces el PIB nacional, según datos de UNESPA.
El seguro de vivienda está presente, de media, en un 76% de los hogares españoles. No obstante, existen diferencias de aseguramiento entre unas regiones y otras. Destaca la aceptación del producto en el País Vasco, donde más del 90% de las casas está cubierto. La alta contratación del seguro del hogar en esta comunidad se debe, en parte, a la experiencia ganada a raíz de unas inundaciones catastróficas ocurridas en 1983 y conocidas como la gota fría. Al País Vasco le siguen por importancia Navarra, donde casi el 84% de los hogares está asegurado, y La Rioja, con una tasa de penetración del 82%.
Las comunidades autónomas donde está menos extendido el seguro de multirriesgos son Canarias (61%) y Baleares (64%). Galicia, donde un 66% de las viviendas está cubierto, y Andalucía, donde casi el 70% de las familias tiene un seguro de hogar, son otras regiones que presentan tasas de contratación más bajas que la media nacional.
Por lo general, los niveles de aseguramiento son mayores en el norte del país que en el sur. Galicia llama la atención porque, a pesar de ser el territorio con mayor pluviosidad de España y, por tanto, estar más expuesto a las inclemencias meteorológicas, presenta una de las magnitudes de contratación de pólizas de multirriesgo más bajas.
La sensibilidad para adquirir o no un seguro varía de un territorio a otro, pero también en función de las características del hogar que efectúa la compra.
Los residentes en edificios tienden a suscribir más un seguro de hogar que aquellos que optan por construcciones unifamiliares. De hecho, ocho de cada 10 personas con domicilio en bloques con más de 10 viviendas aseguran su casa. Lo hacen, por un lado, para estar protegidos frente a eventuales reclamaciones de vecinos y, por otro, para tener cobertura frente a los daños que les cause a su vez un tercero.
Los siniestros más comunes en el seguro de hogar son los daños por agua y la rotura de cristales. Los asegurados presentan casi 2 millones de partes por goteras al año y más de 1 millón por rotura de cristales. La probabilidad media de sufrir una gotera o una humedad en el hogar es de una cada ocho años. Mientras tanto, lo habitual es que se declare una rotura de cristales una vez cada 13 años. En contraste, los daños eléctricos son eventos mucho más esporádicos. Se presenta un parte cada 29 años. O dicho en términos absolutos, se producen unos 600.000 partes cada ejercicio.
Existen otros siniestros que, aunque son más infrecuentes, tienen una repercusión económica significativamente mayor. Es el caso de los robos y los incendios. Cada año se denuncian 400.000 robos en hogares, que suponen un impacto para el seguro de 318 millones de euros. También se declaran unos 200.000 incendios cada ejercicio, cuyo coste asciende a otros 232 millones de euros. En comparación, el impacto económico de siniestros mucho más comunes es proporcionalmente más bajo. Las goteras y humedades, por ejemplo, generan pagos por parte del seguro de 677 millones de euros y la rotura de cristales supone el desembolso de 212 millones.