El absentismo laboral en España supera el millón de ausencias diarias en 2024, situando al país entre los primeros de Europa en bajas médicas.El coste económico supera los 20.000 millones de euros, afectando la productividad y la sostenibilidad del sistema.
El panorama laboral español convive con una realidad preocupante: el absentismo laboral. Lo que antes se entendía como una excepción temporal, hoy constituye un fenómeno de gran calado. Impacta en la productividad de las empresas, en las cuentas públicas y en el bienestar de los empleados.
La pandemia silenciosa
En 2024, más de un millón de personas no acudieron cada día a su puesto de trabajo. España se sitúa, por tanto, como el segundo país de Europa con mayor tasa de bajas médicas, solo por detrás de Eslovenia. Sectores como el de la limpieza, con tasas que superan el 10 %, ejemplifican la dimensión de una “pandemia silenciosa” que pone en riesgo la sostenibilidad del sistema productivo.
Desde Jhasa se subraya la importancia de abordar el absentismo no solo como un coste económico, sino como un reto estratégico. Desde su área de People Solutions, liderada por Diana Hernández, la firma ha desarrollado un enfoque innovador basado en seguros de salud colectivos diseñados a medida. Se trata de fortalecer el bienestar físico y emocional de los trabajadores y dotar a las empresas de herramientas eficaces para reducir el impacto de las ausencias prolongadas.
“Las empresas que priorizan el bienestar físico y emocional de sus equipos no solo mejoran su clima interno, sino que también obtienen ventajas competitivas claras en productividad, retención de talento y reducción de costes operativos”, afirma Hernández.
Cuando la ausencia laboral se convierte en un lastre económico
El absentismo laboral acarrea un elevado coste económico. Solo en 2024, el impacto directo para las arcas públicas superó los 15.000 millones de euros, cifra equivalente al 1 % del PIB español. Si se suman los costes empresariales derivados de sustituciones, menor productividad y gestión de las ausencias, el impacto total supera los 20.000 millones de euros.
En paralelo, el volumen de jornadas perdidas se ha disparado: en 2023 se contabilizaron 396 millones de días laborales no trabajados, lo que supone un aumento del 62 % respecto a 2018. En este contexto, el absentismo reiterado compromete la operativa diaria y perjudica la competitividad de sectores clave para la economía nacional.
De tabú a prioridad: bienestar emocional
Desde la pandemia, la salud mental ha ganado visibilidad en el ámbito laboral, dejando de ser un tema silenciado para convertirse en una de las principales causas de incapacidad temporal. Factores como el ritmo acelerado de trabajo, la incertidumbre o la presión sostenida han contribuido a un aumento de los trastornos psicológicos como la ansiedad, la depresión o el estrés. Actualmente, estos procesos representan ya el 15 % de las bajas laborales en España, con una duración media de cuatro meses por caso. Jhasa incide en la importancia de abordar el absentismo no solo como un coste económico, sino como un reto estratégico .
“Apostamos por acompañar a las empresas en la creación de entornos saludables física y emocionalmente. Estas herramientas mejoran la percepción del salario emocional y fortalecen el compromiso de los empleados con sus organizaciones”, afirma Diana Hernández.
Liderazgo con impacto: la apuesta de Diana Hernández
Desde su llegada a la compañía, Diana Hernández ha consolidado el área de People Solutions como uno de los pilares estratégicos del crecimiento de Jhasa. Su experiencia en la gestión de beneficios para empleados, prevención y salud emocional ha sido clave para forjar alianzas sectoriales.
Casos recientes han mostrado reducciones de hasta un 30 % en las tasas de bajas laborales en empresas que han apostado por un seguro de salud adaptado y proactivo, reforzando el rol del bróker como partner estratégico más allá del aseguramiento tradicional.
“Invertir en salud laboral no es solo un acto de responsabilidad. Es una decisión inteligente que transforma la cultura corporativa y protege el corazón del negocio: las personas”, concluye Diana Hernández.