Sanitas advierte de los peligros de la exposición al sol sin protección

Sanitas advierte de los peligros de la exposición al sol sin protección

La exposición al sol en verano sin protección adecuada puede causar quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel y aumentar el riesgo de cáncer cutáneo.


La exposición prolongada al sol sin estar protegido correctamente puede generar

  • Quemaduras e insolaciones
  • Envejecimiento prematuro de la piel
  • Desarrollo de patologías más graves.
  • Golpes de calor, una condición grave que se manifiesta con síntomas como mareos, dolor de cabeza, náuseas o pérdida de conciencia.

Los profesionales de Sanitas Hospitales han elaborado un listado de recomendaciones basándose para disfrutar del sol con responsabilidad:

Evitar la exposición en las horas centrales del día

Se debe limitar la exposición directa entre las 12:00 y las 16:00 horas, cuando la radiación solar alcanza su pico más alto. Durante este intervalo, es aconsejable buscar sombra o resguardarse en espacios interiores, ya que el riesgo de sufrir quemaduras solares o golpes de calor es mayor.

Usar protección solar alta

Es fundamental aplicar un fotoprotector con un factor de protección elevado (SPF 50) y de amplio espectro, que cubra tanto la radiación UVA como la UVB. Hay que extenderlo de forma generosa sobre la piel al menos 30 minutos antes de la exposición y reaplicarlo cada dos horas o tras cada baño.

Utilizar barreras físicas eficaces

El gorro con ala ancha de al menos 7 cm de diámetro es el que mejor protege del sol, especialmente en rostro, cuello y orejas. Por otro lado, existen camisetas fabricadas con tejidos con UPF (Factor de Protección Ultravioleta), que ofrecen una defensa eficaz contra la radiación solar. En caso de no disponer de prendas con UPF, se recomienda optar por ropa de colores oscuros, que absorben mejor la radiación ultravioleta, y buscar siempre la sombra, donde la exposición al UV disminuye considerablemente aunque haya luz visible.

Proteger zonas sensibles

Además del rostro, brazos y piernas, es importante no olvidar otras áreas especialmente vulnerables como las orejas, el cuello, el dorso de los pies o los labios. Por lo tanto, se debe aplicar fotoprotección en todas estas zonas y utilizar bálsamos labiales con filtro solar, así como prendas que cubran adecuadamente la piel, como camisetas de manga larga y tejidos transpirables.

Hidratarse con frecuencia

Es esencial para regular la temperatura corporal y prevenir mareos, fatiga o complicaciones más graves como el golpe de calor. En este punto, se sugiere ingerir agua de manera constante a lo largo del día, incluso cuando no haya sensación de sed, y evitar las bebidas con cafeína o alcohol, las cuales favorecen la deshidratación.

Educar desde la infancia

Inculcar costumbres de fotoprotección desde edades tempranas es una inversión a largo plazo en salud dermatológica. Bajo esta perspectiva, enseñar a los niños a usar gorros, gafas de sol, camisetas protectoras y fotoprotectores adecuados en época de altas temperaturas contribuirá a evitar posibles problemas en el futuro.

Montserrat Fernández, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Sanitas Virgen del Mar

«Es importante revisar la piel de forma periódica para detectar cualquier cambio en lunares, manchas o lesiones. Ante cualquier alteración, como el cambio de forma, color o tamaño, se debe acudir al dermatólogo. No hay que olvidar que la autoexploración es una herramienta sencilla y eficaz para detectar precozmente posibles problemas dermatológicos”.

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