Fundación Mutua Madrileña y el COPCV brindan apoyo psicológico a más de 5.500 damnificados por la DANA

Fundación Mutua Madrileña y el COPCV brindan apoyo psicológico a más de 5.500 damnificados por la DANA

Fundación Mutua Madrileña y el COPCV han atendido psicológicamente a más de 5.500 personas afectadas por la DANA en Valencia, promoviendo la salud mental y el bienestar comunitario.


La Fundación Mutua Madrileña y el Colegio de Psicología de la Comunidad Valenciana (COPCV), en el marco de su Plan de recuperación desde la Psicología para las poblaciones afectadas por la DANA, han prestado atención psicológica profesional y gratuita 2025 a más de 5.500 personas afectadas por las inundaciones.

Mejorar la salud mental y el bienestar psicológico

Ambas entidades pusieron en marcha esta iniciativa a comienzos de este año en colaboración con los ayuntamientos de las localidades más afectadas por la DANA. Desarrollaron acciones destinadas a mejorar la salud mental y el bienestar psicológico individual y colectivo de la población más afectada.

La actuación conjunta y desinteresada del COPCV y de Fundación Mutua Madrileña ha sido imprescindible para prevenir la cronificación de problemas de salud mental. Y la formación de cuadros de estrés postraumático complejos.

Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña

“El compromiso con la salud mental que mantiene la Fundación Mutua, tanto a nivel de estudios como de ayudas a la investigación médica y al cuidado de personas con estos problemas, sobre todo en el ámbito de la infancia y la juventud, nos hizo ver que ayudar a los afectados por las riadas a recuperar su salud mental y emocional podía ser una muy necesaria forma de ayudar a la población afectada. El COPCV era el mejor aliado que podíamos encontrar para poner en marcha este proyecto que se cimentó en apenas unas semanas”.

La desolación de un contexto de destrucción

La DANA derrumbó viviendas, espacios culturales, de ocio y centros educativos. Arrasó con los enseres y recuerdos de toda una vida. «Devastando los cimientos emocionales, sociales y comunitarios tan necesarios para el ser humano. En estos casi 12 meses desde la tragedia, la incertidumbre y la inseguridad se han apoderado de muchas personas y la actuación de profesionales de la Psicología ha sido esencial para poder gestionar el shock inicial y todas las emociones posteriores, afirma el decano del COPCV, Francisco Santolaya.

Intervenciones y perfil de las personas atendidas

En estos siete meses, se han llevado a cabo 1.864 intervenciones individuales.En total, han atendido a 2.261 personas. A menudo, les acompañaban familiares o personas afines con un papel destacado en su sintomatología o recuperación.

Intervenciones grupales. Se han realizado hasta ahora 296 terapias de grupo, en las cuales se han atendido a 3.244 personas. Además, se ha realizado 319 reuniones de coordinación con los responsables de los ayuntamientos más afectados y su personal técnico.

En el desarrollo del proyecto han trabajado una veintena de profesionales de la psicología

Se han llevado a cabo intervenciones individuales y grupales, visitas domiciliarias, sesiones familiares y talleres a profesionales municipales. Todas las iniciativas han sido adaptadas a la idiosincrasia de cada población y a las necesidades de los vecinos que han solicitado este apoyo.

Los colectivos en situación de especial vulnerabilidad como son personas con enfermedades mentales previas, edad avanzada, movilidad reducida, niños y jóvenes, se han tenido especialmente en cuenta en este proceso.

Perfil de las personas atendidas en las intervenciones individuales

El 69% se encontraba en la franja de edad entre los 30 y los 65 años, el 17% entre los 70 y los 80 años, el 12% entre los 20 y los 30 años y entre los 18 y 20 años representaba un 3%.

En cuanto al perfil de los atendidos en las intervenciones grupales, el 36,21% se encuentran entre los 30 y 65 años, el 31,88% entre los 6 y 13 años, el 21,46% entre los 70 y 80 años, el 5,52% entre los 20 y los 30, y el 4,93 entre los 14 y 19 años.

Síntomas más habituales

La sintomatología identificada en los casos atendidos refleja el impacto profundo de la catástrofe:

  • El 72% de los casos atendidos presentaba alteraciones emocionales. Tristeza prolongada, desesperanza, agitación o frustración.
  • El 46% de las personas atendidas mostraban alteraciones cognitiva. Pensamientos negativos constantes o dificultades para tomar decisiones.
  • El 42% manifiestan problemas en sus relaciones interpersonales: aislamiento y evitación social.
  • Un 11% presenta crisis de identidad y cuestionamiento vital.
  • 90% ha referido síntomas psicosomáticos de su estado mental como dolores físicos, trastornos del sueño y alimentación o fatiga generalizada, entre otros.

“Todos estos datos no hacen más que corroborar la necesidad de las intervenciones psicológicas”, afirma Santolaya. Desde el COPCV se destaca que la recuperación psicológica tras una catástrofe de esta magnitud no es lineal ni inmediata. Se estima que, en casos de sintomatología persistente, una mejora funcional significativa puede requerir entre 1 y 3 años de tratamiento continuado y especializado, pudiendo extenderse aún más para lograr una resolución completa del trauma.

Fortalecimiento comunitario ante futuras emergencias

Las actuaciones del Plan de recuperación desde la psicología han permitido también generar capital social, fomentando redes de apoyo local y promoviendo la creación de una base de buenas prácticas y protocolos de intervención transferibles a otros territorios ante posibles futuras emergencias.

El reto de este proyecto es consolidar los logros alcanzados, asegurar la transferencia de competencias a los recursos locales y seguir construyendo comunidades más resilientes, cohesionadas y psicológicamente preparadas para afrontar posibles adversidades futuras.

 Comprometidos con la salud mental

La Fundación Mutua Madrileña lleva más de 20 años comprometida con la mejora social a través de distintas líneas de trabajo, entre ellas las relacionadas con la salud mental. Por un lado, apoya la investigación médica en el ámbito de la salud mental infanto-juvenil a través de su convocatoria anual de ayudas y, por otra, analiza las diferentes dimensiones del problema a través de estudios colaborativos, como los llevados a cabo con la Confederación Salud Mental España o FAD Juventud, llevando también a cabo diferentes programas de prevención a este respecto, fundamentalmente entre los jóvenes.

Esta iniciativa se suma a las ayudas económicas realizadas por el Grupo Mutua Madrileña, sus empleados y la Fundación Mutua para apoyar a los damnificados por la riada cuando esta tuvo lugar, y que se encarriló a través de diferentes entidades no lucrativas que trabajaban sobre el terreno, como Cáritas y Cruz Roja.

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