Descubre más contenidos interesantes en la última edición de elEconomistaSeguros
No todo son malas noticias ante la inminente llegada del invierno: si, llegan los días cortos, el frío intenso y los villancicos por doquier… pero también arranca la temporada de esquí, una fantástica noticia para los aficionados a los deportes de nieve que hibernan cada verano a la espera de retomar en estas fechas la actividad deportiva invernal.
Un texto de Diego Fernández Torrealba
Como deportes que son, y más al desarrollarse en un entorno natural, actividades como el esquí o el snowboard no están exentas de riesgo, con lo que deberemos contar con un seguro que nos cubra antes de lanzarnos ladera abajo. Pero… ¿qué ofrece en líneas generales un seguro de esquí? ¿Tenemos claras cuáles son las coberturas de las que nos podemos beneficiar? Vamos a sintetizarlas en estas líneas.
Hasta la póliza más básica en este sector debe contar con el seguro de responsabilidad civil. Además, en cuanto a la cobertura médica debería proporcionar la asistencia al asegurado (por lo menos dentro de territorio nacional) y tener en cuenta los gastos médicos, quirúrgicos o farmacéuticos y hasta el envío de medicinas si fuera preciso. También tendría que contemplar la pérdida o deterioro de equipaje o de equipo deportivo facturado en una compañía aérea y la devolución del coste de las lecciones y/o forfait que no hayan sido utilizados por causas ajenas al cliente.
Un seguro básico de esquí (o de nieve) debe contemplar también la posibilidad de situaciones más graves, haciéndose cargo de los gastos del precio que suponga el rescate en pista del asegurado o el de unas muletas que haya comprado para ayudarle en su rehabilitación. Y también, poniéndose en lo peor, garantizar el traslado o repatriación del cliente que haya sufrido un accidente o haya fallecido.
Además, lo habitual es que no sólo se piense en el tomador sino en su círculo más próximo, con coberturas como el desplazamiento y alojamiento de un acompañante para el cliente si este ha sido hospitalizado o una cobertura que acoja el regreso anticipado a causa de un suceso grave.
El tiempo -no sólo el meteorológico- es un factor clave a la hora de contratar un seguro de esquí. Y en ese sentido existe una gran flexibilidad: desde pólizas que protegen al cliente durante sólo un día o un fin de semana (para pequeñas escapadas) hasta otras 24/365, que ofrecen cobertura total (si el asegurado es un fanático de los deportes de nieve y busca destinos para esquiar durante todo el año).
Por último hay que destacar que los seguros de esquí pueden estar integrados en una póliza general -por ejemplo, de viaje- o presentarse como un producto diferenciado. Y poco más cabe en este pequeño resumen: ya sólo toca escoger bien el seguro que nos proteja y disfrutar del deporte de invierno que más nos guste.
Pingback: Seguros de esquí: Disfrutar de la nieve sin preocupaciones – Insurance