Con una cifra que ronda hasta los 663 euros de gasto medio por persona*, España se convierte en el país europeo en el que se prevé un mayor consumo esta Navidad, por encima de Reino Unido. Las cada vez más diversificadas fórmulas y canales de compra, ya sea en tienda física u online, a través de tarjeta o pasarela de pago, pueden aumentar los problemas derivados del proceso de adquisición. Tirones y robos, hackeos, productos en mal estado o pérdidas de mercancías son algunos de los incidentes que multiplican en estas fechas.
Sin embargo, el usuario puede llegar a tener cubiertos sin saberlo estos imprevistos gracias a los distintos tipos de seguros existentes, como por ejemplo el del hogar o a las propias coberturas de las tarjetas de crédito.
La aplicación Coverfy hace un repaso por las posibles incidencias que pueden ocurrir durante la realización de las compras navideñas y cómo estas pueden quedar aseguradas en función del tipo de comprador que seas.
Para las personas que compran en tiendas físicas hay que señalar que el robo de regalos y productos en los centros comerciales o establecimientos por tirones o descuidos suele estar cubierto por el seguro multirriesgo de hogar, siempre y cuando no supere un valor de 600 euros, o por los seguros de las tarjetas de pago.
En este caso, es importante conocer la diferencia entre los conceptos robo y hurto, pues normalmente las pólizas solo dan cobertura a los robos que llevan consigo un acto de fuerza durante la sustracción y siempre que el usuario haya realizado una denuncia policial. Asimismo, compañías como Mastercard o American Express por ejemplo, dan cobertura al robo si este se produce antes de que hayan pasado 90 días desde la adquisición.
Por otra parte la tarjeta es la forma de pago favorita de los españoles, sobre todo la de débito. Por ello y para evitar problemas, la mayoría de las tarjetas que se comercializan en España cuentan con uno o varios seguros que no suponen un coste extra para el usuario. Si se usan varias de tarjetas, resulta muy útil echar un ojo a todas las opciones asociadas a cada una de ellas. Por ejemplo, algunas incluyen el seguro de compras protegidas, dirigidos a proteger al usuario ante posibles daños, robos o roturas que puedan sufrir los objetos adquiridos.
En lo que respecta a las compras por Internet, estas fechas son las favoritas de los cibercriminales, que aprovechan el aumento del consumo y el desconocimiento del consumidor para hackear los diferentes dispositivos durante el proceso de compra online. Por ello, las entidades financieras, a través de productos como las tarjetas bancarias, cuentan ya con seguros específicos que protegen al usuario frente al fraude derivado del uso de la tarjeta a través de la web.
También es importante revisar las posibilidades que ofrecen las pasarelas de pago como Paypal, que cuenta con un seguro denominado protección al comprador que ofrece garantías en los casos de que el producto resulte no ser el esperado o se encuentre en mal estado.
Por otra parte, comprar un producto que se encuentre roto o en mal estado es algo muy molesto para el consumidor y las aseguradoras lo saben. Los clientes, más allá de los 15 o 30 días de devolución establecidos, pueden optar por dos vías para solucionar este tipo de incidencias, bien mediante la reclamación de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) o ciñéndose a la garantía de defensa jurídica y reclamación de daños, coberturas incluidas dentro del seguro de hogar. En esta segunda opción, el seguro reclamará directamente a la empresa fabricante o a la distribuidora para que se hagan cargo de los desperfectos o costes del producto o servicio.
Si por el contrario eres tú el que durante estas fechas pones a la venta productos por canales online, las compañías de mensajería ponen a disposición del vendedor un seguro que da cobertura ante cualquier problema que pueda surgir durante el proceso. Así se da respaldo ante un posible deterioro, una confusión del producto que incluye el envío o la pérdida del objeto durante el camino.